Iguala, Gro.- En la religión católica, el nacimiento de Jesucristo en Navidad es un evento central y crucial. La historia del nacimiento de Jesús se relata principalmente en los Evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia, específicamente en los Evangelios de Mateo y Lucas.

Según la tradición cristiana, el nacimiento de Jesús tuvo lugar en Belén, una pequeña ciudad de Judea, durante el reinado de Herodes el Grande. María, concibió milagrosamente por obra del Espíritu Santo y fue el ángel Gabriel anunció a María que daría a luz al Hijo de Dios.

José y María viajaron a Belén para registrarse en un censo ordenado por el emperador romano César Augusto. Al llegar a Belén, no encontraron lugar en ninguna posada, así que tuvieron que refugiarse en un establo donde María dio a luz a Jesús. La narrativa destaca la humildad del lugar de nacimiento de Jesús, con el niño siendo colocado en un pesebre.

El significado teológico del nacimiento de Jesús en la tradición católica es profundamente significativo. Se considera el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento y el inicio de la misión redentora de Jesucristo en la Tierra. Jesús es visto como el Salvador que vino al mundo para reconciliar a la humanidad con Dios, ofreciendo la salvación y la esperanza a través de su vida, muerte y resurrección.

La celebración del nacimiento de Jesús en la festividad de la Navidad es una ocasión de regocijo y alegría para los católicos. La liturgia de la Misa del Gallo (o Misa de Medianoche) es una de las celebraciones más destacadas durante la Nochebuena, donde los fieles conmemoran el nacimiento de Jesús con cánticos, oraciones y reflexiones sobre el significado espiritual de este evento.

Además, la Navidad es un tiempo de reflexión sobre el misterio de la Encarnación, que destaca la creencia de que Dios se hizo hombre en Jesucristo para compartir la condición humana y redimir a la humanidad del pecado. En resumen, el nacimiento de Jesús en la tradición católica representa el inicio de la salvación divina para la humanidad y es un recordatorio del amor y la gracia de Dios hacia sus hijos.

Hoy en día, los fieles colocan un nacimiento en sus hogares para recordar el nacimiento del Salvador, a quien le dan la bienvenida al mundo y a sus vidas.

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