Por: Vicky Barrios
Iguala, Guerrero, Junio 19.- Nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otro, solo Dios puede decidir cuándo termina la vida terrenal y quien mata pretende ocupar el lugar de Dios, dijo José de Jesús González Hernández, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.
Es un pecado grave quitarle la vida a otro ser humano, independientemente de si las diferencias son políticas o de cualquier otro tipo; la solución es el diálogo, afirmó el obispo cuando se le preguntó sobre el pronunciamiento de la Iglesia católica respecto a los asesinatos de políticos antes, durante y después de las elecciones.
“Antes de actuar contra otro hermano, es mejor pensar en el sufrimiento y dolor que se causarán a las familias. Cuando el coraje los invada, deben respirar varias veces y pensar mucho antes de cometer ese delito”, dijo.
Añadió que “todos queremos vivir en paz, ser tratados con respeto, vivir en libertad. Por ello, la Iglesia clama a Dios para que toque el corazón de aquellas personas que no dialogan y, en un momento de rencor y coraje, arrebatan la vida de los demás”.
De igual forma, recordó que “la familia es parte fundamental, ya que ahí es donde se inculcan los valores, el amor entre hermanos, el respeto a nuestros semejantes y el valor a la vida, al igual que en las instituciones educativas donde también se educa para la vida.”
“Un llamado especial a la sociedad para que todos nos unamos para fortalecer las familias, buscar alternativas para que los niños y jóvenes no se desvíen del buen camino y para que todos nos acerquemos a la Iglesia y Dios fortalezca nuestra fe, la familia y los valores”, finalizó el obispo José de Jesús González Hernández, quien este lunes estuvo en Iguala celebrando la misa de acción de gracias por los 40 años de sacerdocio del párroco Víctor Manuel Aguilar Gómez.