Por Rafael Domínguez Rueda

Informe sobre las cinco actividades literarias que coordiné, dentro del marco del Festival Cultural Yohuala 2023, Edición 29.
Antes de entrar en detalle, considero oportuno hacer una reflexión sobre esta festividad cultural que sobrevive entre altibajos insufribles.
¿Qué es para la administración municipal, el Festival Cultural Yohuala? Porque para la ciudadanía igualteca, después de la Feria de Iguala, el Festival es la fiesta más esperada; porque para la comunidad artístico-cultural es el foro más importante de Iguala para proyectarse; porque se ha consolidado como la Fiesta más importante en el estado de Guerrero y es una ventana al ámbito internacional como la fiesta del espíritu. Porque, para muchos igualtecos que viven fuera del municipio, así como guerrerenses, el Festival es una oportunidad para venir a participar, a fin de aportar su granito de arena para fortalecer el Tejido social.
Para mí, esto es el Franciscano -como se llamó al nacer– más aún, es el escaparate que coloca a Iguala a la vista del mundo. Y óiganlo bien, tanto en el aspecto cultural como en el económico el Festival deja muchos beneficios, no sólo a los prestadores de servicio, sino también motiva a la comunidad artístico-cultural y desde luego, deja un buen sabor de boca a la generalidad de los habitantes de Iguala.
En esta edición me tocó ver una niña de cinco años, en el Museo de la Bandera, mirando sorprendida la actuación del Grupo PODERYO de Juan Ocampo Mastache.
La pequeñita estuvo todo el tiempo de pie, apenas si parpadeaba, pero se mecía ligeramente al ritmo que lo hacían las cantantes. Se le veía la ilusión en sus ojos. No saben ustedes todo el bien que le hizo a esa pequeña contemplar aquello en aquel clima de tranquilidad, seguridad y respeto.
Yo no sé si esa nena de grande vaya a ser cantante, bailarina o coreógrafa, pero sé que algo bueno quedó en su alma y que ella, al igual que sus papás, traerá a sus hijas y a sus hijos a Iguala a gozar con el mejor festival cultural del estado de Guerrero.
El Festival nació precisamente de un Programa de actividades, en el que la última semana de cada mes, diariamente se llevaba a cabo una actividad artística: música, poesía, canto, cuentacuentos.
Ahí está la única y gran verdad del Festival Franciscano Yohuala, en la formación de nuevas audiencias, en la proyección de nuestros valores artísticos, en la formación de más y mejores igualtecas e igualtecos.
Les aseguro que el patio y el foro del Museo de la Bandera, sede de los eventos de Literatura de la Edición XXIX del Festival Cultural Yohuala, brillaron durante los cuatro días en que se realizaron los cinco eventos exitosos que coordiné.
Al consignar los datos de: asistencia, alcance y costo de los actos, me es satisfactorio informar que hubo una audiencia total de 835 personas. Se dice que, a esta clase de eventos van 20 o 30 personas y varias de éstas asisten por obligación. Todo es posible y acá está la prueba.
Para los eventos se tenía presupuestada la cantidad de $20,000.00 pesos, sin embargo, se ajustó a 10 mil pesos. Finalmente, solo se cubrieron 2 mil.
Mi reconocimiento y agradecimiento a quienes me apoyaron, como el Centro de Arte y Cultura Iguala, de la UAGro., que dirige el maestro Daniel Díaz Villaseñor; al Grupo PODERYO que preside el profesor Juan Ocampo Mastache y que es fundador del Festival; a Juan Antonio Andrés Adán Deagüeros, que apoyó con equipo de sonido los cuatro días; y a todos mis compañeros de la Dirección de Cultura que no me dejaron sólo.
Debo dejar constancia de que a los eventos concurrieron personalidades, como el Rector de la UAGro, dos presidentes municipales, un representante de la Asamblea del Gobierno de la CDMX y un General de División. Todos los presentadores fueron igualtecos. De ellos, uno vino de Zihuatanejo; otro, de la CDMX; uno más, de Cuba, donde se encuentra cursando una maestría.
Estas cifras reflejan el creciente interés de los igualtecos, tanto los que radican acá como los que viven fuera, por estar presentes en el Festival. Llegar a la 29 Edición con estos números ejemplifica la evolución y fortaleza en que aún se encuentra esta Fiesta del Espíritu. Esperamos que estos casi seis lustros, sean pauta para el siguiente quinquenio.
Me siento profundamente orgulloso de la edición de este año y mi petición es que, para la próxima edición, se organice con más tiempo, se retomen los siete escenarios, se incluyan eventos internacionales… Es más, se conforme un Patronato, como un cuerpo de coordinación interdependencial y de participación ciudadana
Viéndolo así es cuando uno entiende la grandeza de Ciudad que tenemos.

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