Por: Edelmiro Castro Sedano
El próximo domingo 13 del mes en curso se llevará a cabo tanto en la Ciudad de México como en más de 30 ciudades de la República Mexicana, sendas marchas para demostrar el descontento de la población pensante, inconforme con las perversas intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador al pretender usar a los diputados de su partido, Morena, para consumar el ataque y el atentado a la integridad del Instituto Nacional Electoral (INE), mediante la modificación de la Ley respectiva y una vez logrado el propósito aprobar una Ley elaborada a modo para que sea el presidente de la república el que controle unipersonalmente los resultados de los procesos electorales y así volver a los peores tiempos del PRI, en los que siempre ganaba la elección el partido del gobierno.
Muchos años pasaron y hartas luchas sucedieron, con muertos inclusive, siendo el estado de Guerrero la entidad que más vidas aportó a la causa para quitarle al PRI-gobierno el control y manejo de los procesos electorales para que se conocieran los resultados verídicos y se reconociera la victoria de los partidos no afines al PRI. Viene a la memoria el ejemplo de la rapacidad, las triquiñuelas, las trampas y abuso del poder cuando le fue robada la elección presidencial al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano cuyo brazo ejecutor fue el nefasto Manuel Bartlet Díaz, entonces secretario de Gobernación, que manejaba el aspecto electoral del país y quien al ver la copiosa votación que llegaba a favor de Cárdenas, anunció que se cayó el sistema. Pero se cayó en realidad mientras consumaban el fraude.
Fue con este organismo autónomo IFE, ahora INE, integrado por personas de alto perfil académico y pertenecientes a la sociedad civil, que la vida democrática se empezó a dar en nuestro país y el muchos lugares del mapa nacional se reconoció el triunfo de muchos partidos políticos que nutrieron de entusiasmo el incuestionable trabajo del INE.
Bajo esas mismas reglas, con el mismo Instituto Electoral y con la participación de cientos, millares de mexicanos que aportaron su trabajo y su tiempo, es que se llevó a cabo la elección presidencial de 2018 misma que arrojó el resultado inédito en la historia de México: ganó Andrés Manuel López Obrador con su partido Movimiento de Regeneración Nacional, de reciente creación y opositor al partido del gobierno: PRI. El PRI inamovible e invencible durante más de 70 años.
Luego entonces no se entiende el por qué AMLO quiere destruir al INE si ha dado buenos resultados y su triunfo es el mejor ejemplo. A no ser que la 4T incluya la destrucción del organismo que ha mostrado eficiencia y credibilidad ante todos los mexicanos, por otro que sea fácil instrumento de manipulación que lo lleve a convertirse en un dictador y que traslade al país a la época del Maximato de Plutarco Elías Calles. México no desea retrocesos, quiere avances, progreso y resultados para el pueblo.
Todos a manifestar su apoyo al INE, el próximo domingo, en defensa de la democracia.