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Ciudad de México, Septiembre 4.- Una nueva investigación realizada por la Universidad de Cambridge ha revelado un hallazgo sorprendente: el cerebro humano conserva el mapa de las extremidades incluso después de una amputación.


Este descubrimiento desafía lo que durante años se creyó, que, tras la pérdida de algún miembro, el cerebro pronto olvidaba que esa parte del cuerpo existió alguna vez y reorganizaba sus funciones en zonas del cuerpo aún presentes.


Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica Nature Neuroscience y liderados por un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Cambridge, en colaboración con la Universidad de Pittsburgh.


En esta investigación, se monitoreó a tres personas que debían someterse a una amputación de una mano, permitiendo a los científicos estudiar su actividad cerebral antes y después del procedimiento.


El proceso comenzó con imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) tomadas antes de la amputación, mientras los participantes realizaban movimientos con la mano que sería amputada y con los labios (una región cercana en el mapa cerebral).


El objetivo era observar cómo reaccionaba la corteza cerebral a estos estímulos.
Meses y años después de la cirugía –en intervalos de tres meses, seis meses e incluso cinco años– se pidió a los mismos participantes que imaginaran mover los dedos de la mano que ya no estaba.


Sorprendentemente, las áreas del cerebro previamente asociadas con el movimiento de esa mano continuaban activándose casi de la misma manera que antes de la amputación.


Además, uno de los puntos clave del estudio fue comprobar si la región cerebral que controla los labios se había expandido hacia el área anteriormente asignada a la mano.


Los investigadores encontraron que no hubo tal expansión, lo que refuerza la idea de que el cerebro mantiene una representación estable del cuerpo, incluso de partes que ya no existen físicamente.


Este hallazgo también ofrece una nueva perspectiva sobre el llamado «dolor fantasma», una experiencia común entre personas amputadas.


Según MedlinePlus, el dolor fantasma es la sensación de que la extremidad amputada aún está presente y puede incluir:


Dolor o molestias en la extremidad ausente.


Hormigueo, entumecimiento o sensación de calor/frío.


La percepción de que los dedos se mueven.


Sentir que la extremidad está en una posición extraña o acortada (invaginación).


Aproximadamente el 85 % de las personas amputadas experimentan sensaciones fantasma, de acuerdo con múltiples estudios clínicos.


Estas sensaciones han sido difíciles de explicar desde una perspectiva científica, especialmente bajo el supuesto de que el cerebro «olvida» la extremidad amputada.


El Dr. Austin Lim, neurocientífico y autor del libro Horror en el cerebro: La neurociencia detrás de la ciencia ficción, explica que si la corteza cerebral realmente se reorganizara por completo tras una amputación, no podrían explicarse con tanta frecuencia estas sensaciones persistentes. “No es que el cerebro olvide. De hecho, parece recordar muy bien”, afirma Lim.


Por qué desaparecen las teorías clásicas sobre reorganización cerebral post-amputación


Durante décadas, la neurociencia sostuvo que la corteza somatosensorial del cerebro (encargada de procesar las sensaciones del cuerpo, como el tacto, la presión, el dolor y la temperatura) podía reorganizarse tras perder una extremidad.


Esta idea se basaba en experimentos con animales y observaciones clínicas en humanos, donde se pensaba que las áreas cercanas en el cerebro invadían el territorio «vacío» dejado por la extremidad perdida.


No obstante, el nuevo estudio contradice esa hipótesis. El primer autor de la investigación, el Dr. Hunter Schone, de la Universidad de Pittsburgh, fue tajante en sus conclusiones:


“No observamos ningún indicio de la reorganización que se supone ocurre según el pensamiento clásico. Los mapas cerebrales permanecieron estáticos e inalterados.”


Esto significa que, en lugar de redibujar el mapa corporal, el cerebro lo conserva con una fidelidad notable, incluso en ausencia de la extremidad.


Implicaciones para el futuro: prótesis inteligentes y neurotecnología
Este descubrimiento no solo redefine conceptos neurológicos, sino que también abre nuevas puertas en el campo de la medicina y la tecnología.


Si el mapa de la extremidad persiste, podrían desarrollarse prótesis controladas directamente por señales cerebrales que ya están bien definidas, incluso años después de la amputación.


Este hallazgo no solo derriba viejas teorías, sino que también ofrece oportunidades para mejorar tratamientos, aliviar el dolor fantasma y diseñar prótesis más funcionales conectadas a la mente.