71 años del derecho al voto de la mujer mexicana, ¡La primera presidenta no llegó sola!

Por: Alejandra Salgado Romero

“El decreto de ley que permitía a las mujeres votar y ser votadas finalmente se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 1953 y las mujeres, en todo el país, participaron por primera vez en las elecciones federales de 1955.”
Portal ciudadano. Cámara de Diputados/as

Hace apenas 71 años que en nuestro país, las mujeres conquistamos, -porque no nos lo habían reconocido y nuestras ancestras lucharon para conseguirlo-, el derecho a votar, pero también a ser votadas… y tuvieron que pasar esos mismos 71 años, para que por primera vez en México una mujer, la Doctora Claudia Sheinbaum, ocupe la Presidencia de la República y se alcanzara la integración paritaria en el Congreso de la Unión, así como se conquistaran los derechos de gobierno en las gubernaturas, en este caso, con 13 mujeres en las gubernaturas. Por eso Claudia Sheinbaun no llegó sola, porque es producto de una lucha histórica, porque es resultado del compromiso de millones de mujeres y porque, más allá de cuestiones partidistas, la llegada de una mujer en la Presidencia de nuestro país representa los ideales de millones de mexicanas y mexicanos que aspiramos la igualdad en nuestro territorio. Pese a todos los logros, aún existe una agenda feminista en el ámbito político, que integra retos tan importantes como dar cabal cumplimiento al mandato de paridad, establecido constitucionalmente para la integración de todos los cargos de elección popular, incluyendo, en su momento, inclusive al Poder Judicial.

Las mujeres, de forma organizada y sororal, deberemos estar vigilantes de las reglas y los mecanismos para que, efectivamente, se integren el mismo número de mujeres y de hombres, en los cargos que será electos, y que esta condición sea garantizada para todos los cargos de elección popular. Es tiempo de las mujeres: no sólo elegimos, sino que también somos candidatas y ocupamos los cargos y ello representa una y muchas batallas que después de muchas décadas, por fin ganamos, pero que en definitiva no sólo nos beneficia a las mujeres, sino a la sociedad en general. Las sufragistas luchaban por el voto como un medio para acceder a la ciudadanía, pensaban que votar les permitiría ejercer otros derechos que les eran negados y por supuesto, no estaban equivocadas.

El derecho a votar nos permite en la actualidad conmemorar 71 años de lucha, misma que dio lugar para que hoy muchas mujeres ocupen espacios en la toma de decisiones y en el ejercicio del poder; pero debemos tener claro que la cultura y los estereotipos son poderosos, y esas son las barreras que debemos vencer, hacer cotidiana nuestra presencia y el ejercicio de nuestros derechos son la forma para ser iguales en obligaciones, iguales en derechos. Esta es la aspiración del principio de paridad, entendernos como pares en una sociedad, entendernos como pares en la toma de decisiones y también en el desempeño de cualquier cargo público.


Hoy, nos enfrentamos a nuevos y grandes retos para construir, visibilizar y, sobre todo, materializar las agendas de derechos de las mujeres indígenas con discapacidad, afromexicanas, de la diversidad sexual y de las mujeres migrantes. Sin duda, estamos en paridad, pero como sociedad, nos sigue costando, trabajando esta medida de ajuste, pues no es que pase naturalmente, pues inclusive los números no nos resuelven gran cosa en un país con más del 90% de impunidad, por lo que no podemos permitir tener a ninguna persona agresora en el poder.

Un tema prioritario es el combate de las violencias, de todo tipo, en particular, por ejemplo, de la violencia digital que constituye un tema importantísimo en el que tenemos que trabajar porque el 83% de los casos que se denuncian ante los organismos electorales, tienen que ver con violencia digital y con que las herramientas no son tan claras ni tan sólidas para poder garantizarle a las mujeres que puedan contender en espacios libres de violencia y que para que puedan ejercer sus cargos en condiciones libres de violencia. Otro tema que demanda atención es el financiamiento público para las campañas de mujeres, porque continúan registrándose casos de mujeres candidatas a las que les niegan el presupuesto para su campaña.


Y existen temas sensibles que se deben atender mediante una agenda transversal, de cuidados, de seguridad, contra la violencia de género, contra la violencia política en razón de género. Pero hoy debemos, como género, responder a las nuestras, porque de los congresos locales solamente en cuatro hay mayoría hombres, en algunos otros son paritarios, 50-50 y en 24 hay más mujeres. Las mujeres tenemos fuerza y tenemos que creérnosla y actuar porque falta mucho por hacer en otros campos para lograr que esa paridad numérica de verdad sea una paridad cualitativa, que se pueda imponer y que podamos tener injerencia… que logremos la igualdad sustantiva. Y para ello, una premisa es que sin presupuesto, mucho de lo que se dice a favor de las mujeres, carece de sentido.

Tenemos mucho por hacer, pero sólo lo conseguiremos si trabajamos unidas y actuando con congruencia, dándonos ese acompañamiento que nos fortalecerá para seguir luchando por la conquista de nuestros derechos.


Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

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