LA POBLACIÓN AFROMEXICANA

Por: Alejandra Salgado Romero

“…afromexicanos o afrodescendientes son aquellos que se autoidentifican como tal, o que autorreconocen su ascendencia africana en la genética y como herencia cultural”
Víctor Manuel García Torres

En el 2024 culmina el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, que comenzó el 1° de enero de 2015, y concluye el 31 de diciembre de 2024. Su objetivo ha sido promover el reconocimiento, la justicia y el desarrollo para ese sector de la población: “conmemorar las importantes contribuciones de los afrodescendientes en todo el mundo, promover la justicia social y las políticas de inclusión, erradicar el racismo y la intolerancia, impulsar los derechos humanos y ayudar a crear comunidades mejores y más prósperas, todo en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En nuestro país, el Censo de Población y Vivienda 2020 reveló que 2.5 millones de personas se identifican como afromexicanas. Es decir, representan el 2% de la población total del país. De ellas, más de 1 millón 297,000 son mujeres y 1 millón 278,000 son hombres. La mayor parte tiene entre 20 y 24 años de edad.
Nuestro Estado, Guerrero, es la entidad federativa con el mayor número de personas que se identifica como afromexicanas, casi el 9% de su población se reconoce afrodescendiente. Oaxaca le sigue con el 5% de la gente asumiendo esa identidad. El tercer lugar lo ocupa Baja California Sur, donde el 3.3% de su población es afromexicana. De acuerdo con dicho censo, el 20% de las personas afromexicanas vive con alguna limitación física, discapacidad o problema o condición mental, casi 169,000 personas no saben leer ni escribir y el 19% cuenta con estudios de nivel superior.
En 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó la Encuesta Intercensal para actualizar la información entre el Censo de 2010 y el que habría de realizarse en 2020 y fue la primera vez que incluyó la pregunta “¿Se reconoce afrodescendiente?”, respondiendo un poco más de 1.3 millones de personas que sí… cinco años después, esa cifra se duplicó. De acuerdo con diversas investigaciones, el movimiento del pueblo negro en México llevaba varias décadas exigiendo que los censos nacionales incluyeran la pregunta, así como pidiendo, a la par, que se les reconociera como sujetos de derecho en la Constitución y que se implementaran políticas públicas de información y sensibilización para que la gente pudiera saber su origen e identificarse con él, para que, con base en ello, den respuesta a los cuestionamientos hechos por el INEGI. Es así como, en 2019, luego de un proceso de consulta y de una larga lucha, se reconoció en la Constitución la existencia de los pueblos y comunidades afromexicanas en el apartado C del Artículo 2. En el caso del nuevo proyecto de reforma, se modifica y amplía lo ya establecido y agrega el apartado D. Una de las partes más importantes es el reconocimiento de su “carácter de sujetos de derecho público”. Es decir, se les reconoce como personas, a partir de ahí, como personas con todos los derechos y con obligaciones. En cuanto al apartado C, se está proponiendo que incluya también que tienen derecho a la protección de su identidad cultural, modos de vida, expresiones espirituales y todos los elementos que integran su patrimonio cultural, material e inmaterial y propiedad intelectual colectiva, a que se promuevan, reconozcan y protejan sus conocimientos, aportes y contribuciones a México, así como se ordena que se les incluya en los registros de producción de datos, información y estadísticas oficiales.
En el apartado D, por su parte, “se reconoce y garantiza el derecho de las mujeres indígenas y afromexicanas a participar” en el desarrollo integral, la toma de decisiones públicas; a la educación, la salud, la propiedad y la posesión de la tierra. De igual forma, reconoce y garantiza el derecho de la niñez, adolescencia y juventud afromexicana a la educación, la salud, cultura, el deporte y capacitación para el trabajo. Asimismo, a que vivan una vida libre de exclusión, discriminación y violencia.
En la propuesta de referencia, se plantea que serán fortalecidos ámbitos y mecanismos para el ejercicio de la libre determinación y autonomía en: a) Formas de gobierno y de organización social; b) Jurisdicción indígena y capacidad de sus autoridades para ejercerla; c) Patrimonio cultural, lenguas indígenas y propiedad intelectual colectiva, lo que evitará plagios en diseños artesanales; d) Participación en la construcción de modelos educativos; e) Medicina tradicional y reconocimiento a las personas que la ejercen; f) Desarrollo integral; g) Consulta y consentimiento; y, h) Hábitat, bioculturalidad, integridad de sus tierras y lugares sagrados.
La discriminación y el racismo, que tanto afectan a las personas y comunidades afrodescendientes, han recibido atención de parte de instituciones y organizaciones locales, nacionales e internacionales, que han apoyado de manera significativa la creación de estrategias y actividades en favor de las poblaciones afrodescendientes. El reconocimiento de este sector y la atención de sus necesidades resultan temas impostergables en nuestro país, pues implica luchar contra el racismo y la discriminación, así como trabajar a favor de generar mejores condiciones económicas, de salud y educación para las comunidades afrodescendientes marginadas. A pesar de lo avanzado, se requiere desarrollar leyes y estrategias que favorezcan el reconocimiento de las y los afrodescendientes y por lo tanto, políticas públicas en su beneficio.


Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

Comparte en: