Comunicación con perspectiva de género

Por: Alejandra Salgado Romero

“Algo que no existía, comienza a ser nombrado. Algo que ya existía, quiere nombrarse de otro modo. Verdadera revolución de la que no conocemos sus alcances ni hasta dónde irá ni si abarcará un día a la mayor parte de la sociedad, a sus diversas regiones, a las formas menos urbanas de nuestra lengua y a todos sus sectores sociales. Lo que queda claro, lo insoslayable, es que se trata de una cuestión política, que la lengua responde a la sociedad en la que vive, al momento histórico que transitan sus hablantes”
María Teresa Andruetto

Se ha denominado “construcción social de género” a la formación social y cultural que recibe un ser humano a partir del sexo con el que nace, y dicho concepto se sostiene en dos pilares: estereotipos y roles. Los estereotipos de género se pueden definir como las creencias que nos asignan características, cualidades, atributos sólo por ser mujer u hombre… a partir de éstos, se nos asignan deberes, tareas, responsabilidades, obligaciones, - los llamados roles de género-, y ambos tienen interconexiones: se parte de la creencia que las mujeres somos tiernas (estereotipo), por lo que se considera que debemos ser buenas maestras (rol). 

Ahora bien, el lenguaje es un instrumento de transmisión y construcción de sentidos comunes y, por eso, es un insumo clave para visibilizar identidades y reconocer derechos de grupos históricamente discriminados y negados. El modo en que hacemos uso del lenguaje no es nunca neutral con relación a los géneros e identidades; siempre está cargado de sentidos e ideología. A través del lenguaje se establece una estrecha relación con el pensamiento, interpretando la realidad en que vivimos, reflejando lo que la sociedad es en cada momento y creando nuevas formas de expresión, según cual sea la sociedad en la que los hablantes desean vivir. En tanto que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la perspectiva de género como “aquella forma de ver o analizar que consiste en observar el impacto del género en las oportunidades, roles e interacciones sociales de las personas“, por lo que la perspectiva de género en comunicación se podría definir como aquella visión que trata de referirse a hombres y mujeres desde una perspectiva equitativa e igualitaria, sin usar sesgos de género o estereotipos que redunden en las desigualdades entre sexos.
La comunicación con perspectiva de género se basa en el uso de un lenguaje no sexista e inclusivo, así como en la adecuación de los mensajes comunicativos a una idea global de igualdad entre hombres y mujeres, basada en la transversalidad de género. Para garantizar una comunicación con perspectiva de género resulta fundamental el uso de un lenguaje inclusivo, que fomente la igualdad y que elimine los estereotipos de género. El lenguaje no sexista se basa en expresarse oralmente o por escrito de una manera que no se discrimine a un sexo, grupo social o identidad de género en particular, y no se limita al uso de la palabra oral o escrita, sino también al uso de las imágenes. Es importante ser consciente del significado e impacto de las imágenes y garantizar que carteles, folletos, guías o cualquier otra imagen audiovisual no contenga imágenes que, de forma expresa o tácita, profundice en los sesgos de género o en estereotipos.
Dentro de los convenios adquiridos en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, desde 1995, nuestro país se comprometió tanto a proyectar una imagen equilibrada y diferenciada de la mujer, como a eliminar la presentación de estereotipos de género e imágenes que susciten la discriminación y la violencia, además de promover su participación en los medios de difusión y en la toma de decisiones, de generar investigación y políticas que fomenten la libertad de expresión y la contribución positiva de los medios en las cuestiones sociales y el desarrollo. En cuanto a la proyección de imágenes equilibradas y no estereotipadas de la mujer, en la Ley Federal de Radio y Televisión desde el año 2009 se determinó normativamente que a la federación le corresponde vigilar que los medios de comunicación no promuevan imágenes estereotipadas de mujeres y hombres, y que eliminen los patrones de conducta generadores de violencia; todo esto con la finalidad de prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las personas de sexo femenino. Asimismo, en dicha normativa se hace referencia a la ineludible incorporación de cambios que orienten a la radio y a la televisión a fortalecer la solidaridad, la equidad de género y el respeto a los derechos de los grupos vulnerables.
Existen muchísimas formas de fomentar la comunicación con perspectiva de género, entre las que se encuentran: citar ejemplos de proyectos o iniciativas desarrolladas por mujeres, hablar de empresas dirigidas por mujeres, o difundir historias de empresarias que han llegado al éxito, de manera que se contribuya a romper ese estereotipo del hombre como el único que puede ser director de grandes compañías o empresario exitoso. Asimismo, es importante diversificar los canales de difusión de información, para hacer partícipes de ellos a asociaciones de mujeres o empresarias, de manera que el sexo femenino pueda acceder u ofrecer información con las mismas posibilidades que el masculino.
En toda organización debe aplicarse la comunicación con perspectiva de género, tanto en los documentos oficiales, como en los discursos y publicidad de la misma. Comunicar atendiendo a un lenguaje con perspectiva de género no es sencillo, ya que no es algo que tengamos interiorizado y nos obliga a desaprender la manera que tenemos de comunicarnos. Además, a esto se suma el hecho de que no existe una única regla para poner en práctica esa nueva manera de comunicarnos, aunque es importante considerar algunos consejos como los siguientes: a) Suprimir el sujeto: pueden inscribirse, en lugar de los interesados pueden inscribirse; b) Desdoblamiento: las chicas y los chicos, en lugar de los chicos; c) Usar sustantivos colectivos: la plantilla, en lugar de los trabajadores; y, d) Determinantes y pronombres sin marca de género: cada deportista, en vez de los deportistas.
En definitiva, adoptar la perspectiva de género en comunicación es un proceso largo y complejo que requiere el uso del lenguaje inclusivo y mensajes comunicativos que no redunden en los estereotipos y roles de género, y que reconozcan la representatividad de nosotras, las mujeres, en diferentes áreas de vida, en toda sociedad.
Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

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