Aprendiendo sobre el apego…

Cerrando ciclos efectivos

Por: Alejandra Salgado Romero

“El problema es que nuestra mente se queda atrapada en momentos pasados que conforman ciclos a los que ya no deberíamos pertenecer, frenando nuestro propio avance y truncando el presente. A todo esto se le llama apego, que es el vínculo afectivo que nos ata a cosas o personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno”

Olympia Villagrán

Ha llegado diciembre y sin siquiera sospecharlo, para una servidora será un mes particularmente difícil, -de suyo, pertenezco al grupo de personas a las que se les dificultan estas fechas-, y es que debo aceptar que estoy transitando un momento emocional complejo. Ante ello, valoro muchísimo el tener esta ventana para abordar temas que, además de interesantes, representan verdaderos retos y hasta desahogos emocionales… cerrar ciclos afectivos, es uno de ellos. Especialistas han aportado que un ciclo se puede definir como el compilado de momentos vividos, impregnados de sentimientos, -agradables o no-, a los cuales nos apegamos.

Saber cerrar ciclos afectivos resulta altamente complejo, pues no se trata de olvidar, sino de descubrir la evolución dentro de uno mismo/a para poder seguir avanzando, a pesar de la pérdida sufrida. Cuando logramos hacerlo, comenzamos a recordar con cariño, pero no con necesidad; podemos agradecer por lo que fue y dejar de sufrir por lo que ya no es… logramos asimilar la pérdida como una experiencia para crecer y aprender, nunca como una caída o un fracaso que nos volvió más débiles.

En el campo de la psicología, aunque lo entiende como un estudio científico del comportamiento humano, también se considera importante el efecto que otro tipo de influencias tiene sobre la mente, por ejemplo, los rituales, técnicas, procedimientos o creencias sobre los ciclos y su cierre. Por ello, en ocasiones, una serie de pasos que implican recordar y sufrir, ayudan mucho a perdonar, desapegarse y sanar; lo verdaderamente importante es que la mente es muy poderosa y si uno/a piensa en sanación, obtendrá sanación. Sigmund Feud afirmaba que «Recordar es la mejor forma de olvidar», y sin duda, las y los especialistas recomiendan que, por más cruel que parezca, hay que recordar todo lo que vivimos en ese momento que ahora duele, con la claridad de que es imposible que todos los recuerdos sean negativos, así que hay que aprender de lo sucedido, aceptarlo, no idealizar y no pretender olvidarlo… si sólo nos enfocamos en olvidar, la ansiedad nos carcomerá, lo que conlleva dolor y sufrimiento.

Otro paso importante es lograr perdonarnos, porque en una situación de crisis solemos autojuzgamos y castigarnos todo el tiempo, -muchas veces de manera injusta-; nos arrepentimos de lo que jamás imaginamos. Curiosamente, en esos momentos difíciles, que deberíamos enfocarnos en ser empáticos con nosotros mismos/as, en procurarnos como algún día cuidamos de la pareja, en entendernos como entendimos a todos aquellos/as que también cometieron errores y sobre todo, en reconocer y valorar los aciertos que tuvimos, nos cuesta perdonarnos, por lo que debemos alejarnos de sentimientos negativos y aprender a ser quien mejor cuide de nosotros mismos/as.

Lo siguiente será aprender a perdonar, -inclusive sin que nos lo pidan-, a no guardar rencores; lo anterior, se vuelve un trabajo personal y por otra parte, tenemos que entender que el otro/a, muy probablemente, aún nos tiene un resentimiento importante, por lo que es responsabilidad total de la otra persona continuar o dejar de sentir ese rencor que poco a poco a todos nos enferma. Hay que intentar comprender que las y los demás a veces no poseen todos los recursos para evitar lastimarnos, defraudarnos o decepcionarnos, intentemos comprender que se trató de un mal momento, un mal lugar o una mala decisión del pasado, pero que debemos avanzar y no podemos permitir que se repita en nuestro futuro. Perdonar conlleva aprender de lo vivido.

Rendirse también es parte del proceso, porque es imposible encontrar una explicación o respuesta a todas las preguntas que nos lleguen a la cabeza. El ser humano intenta racionalizar todo a su paso, llevándolo a suponer y por lo tanto a sufrir, así que intentar contestarnos todas las interrogantes que surjan de una pérdida o abandono, no disminuirá en ninguna medida lo que sentimos. Simplemente, en ocasiones, no todo resulta justo o lógico y tenemos que aprender a vivir con eso. De otra forma, aferrarse a querer entender exactamente lo que sucedió y la razón de que sucediera, solamente nos desgastará, llevándose todas la fuerzas que nos quedan para lograr cerrar el ciclo con sabiduría.

Es necesario también aceptar todo lo sucedido, desde la convicción de que existen cosas que quedan fuera de nuestro control, por lo que el mejor camino para lograrlo, -para aceptar que “ya nos pasó”-, es dejar de pensar en posibilidades distintas. Por último, debemos considerar que, para lograr despegarnos por completo del sentimiento negativo, necesitamos vivirlo; es decir, necesitamos transitar el duelo, por lo que hay que vivir el proceso, lo que requiere de tiempo y permitiéndonos, por tanto, tener paciencia para vivir todas sus etapas.

Resulta común sentir que al terminar con una relación afectiva o sufrir cualquier pérdida que implique sentimientos, también se pierde nuestra alegría, ilusión, cariño, confianza y satisfacción en la vida. Nos apegamos a lo que perdimos y creemos que eso es la única fuente de alegría, que gracias a ella sentíamos ciertas cosas y que por lo mismo, nada más con ella podríamos sentirlo. Sin embargo, debemos también entender que esos sentimientos se generan dentro de nosotros mismos/as, -es decir, no llegaron del exterior-, por lo que somos, cada uno/a, quienes decidimos dejarlos salir y quienes establecemos los requisitos para dejarnos hacerlo. Finalmente, existe un dicho popular que, por mucho, debe ser referente para cuando tenemos la oportunidad de transitar el cierre de un ciclo: “Aunque duela, muchas veces hay que cerrar puertas para que se abran nuevas”, y sin duda, eso también es vida.

Les deseo una semana excelente y agradezco sus aportaciones y/u opiniones a través del correo alexaig1701@live.com.mx.

Comparte en: