Por: Mario Raúl Hernández


Iguala, Guerrero, Diciembre 22.- Por más de 32 años, doña Juanita Miranda Ochoa se ha dedicado a realizar piñatas de todos tamaños, arte que aprendió aquel día, en que la escuela a donde asistían sus hijos, le pidió piñatas, pero al no tener dinero para comprarlas se vio obligada a hacerlas. De ahí nació su pasión por hacer piñatas, que hoy realiza con mucha destreza y de todos tamaños.

Las manos diestras de doña Juanita cortan, pegan y doblan el papel para combinar colores y hacer detalles que dan forma a las piñatas de 5 o 7 picos, así como las figuras realizadas con papel minagris, papel china, crepé, espectro metálico y papel periódico.

Explicó que para hacer una piñata de siete picos se requiere de un globo, papel aluminio o papel metálico, pliegues de cartón, minagris o cartulina, papel china de colores, tijeras, cinta adhesiva, pasta de papel maché o engrudo.

Aunque no se tiene claro el origen de las piñatas en México, podría decirse que este objeto tiene comienzo en la cultura china, posteriormente llegó a Europa y con la conquista, se dice que los frailes buscaron adaptar esta tradición para continuar con la evangelización, y surgió lo que hoy conocemos como piñata.

LLUVIA DE DULCES

Las piñatas son una de las partes más esperadas en las posadas, sin ellas las fiestas decembrinas no están completas. En esta tradición todos se unen para romper esa figura decorada, para abalanzarse a la lluvia de dulces, frutas, caramelos, chicles, bombones, juguetitos y hasta de dinero.

Entrevistada por Diario 21 en su taller, Doña Juanita mencionó que tiene más de 32 años haciendo piñatas, “comencé desde joven, he estado aquí desde entonces fabricando las piñatas. Para nosotros la mejor temporada de la venta de nuestros productos, es diciembre, siendo la de siete picos la que más se vende para las posadas”.

Aunque declaró que durante todo el año la gente busca las piñatas para realizar diferentes festejos, como fiestas infantiles, bautizos o cumpleaños, por eso realiza figuras de distintos tamaños: chicas, grandes y medianas.

HAY DE TODO

Allá, se observan las figuras de Santa Claus, el Hombre Araña, el Capitán América, Bob Esponja, el Chavo del Ocho, botellas de cervezas, las estrellas, guajolotes, burritos, en fin, “hay que tener de todo porque si te quedas con una sola figura el cliente no se anima, por eso hay que tener gran variedad”, dice.

Doña Juanita consideró que “todo se aprende por necesidad; bien dicen que la necesidad es la madre de la invención. A mí no me enseñó nadie, aprendí viendo cómo se hacían. Hoy es más fácil aprender con eso de Internet, pero antes, así nada más de pura mente”.

La creación de doña Juanita es la estrella con picos transparentes rellenos de juguetes, con el fin de llamar la atención a los niños y niñas. “Hago estrellas de 5 picos y de 7 picos que miden como 2 metros de altura.

OLLAS DE BARRO

Artesana de las piñatas, doña Juanita se encuentra en la calle Pineda No. 38, colonia Independencia, quien también realiza piñatas de ollas de barro, que es la piñata tradicional y en forma de estrella. El forraje de papeles multicolores representa la tentación; los picos, los siete pecados capitales; los ojos vendados y el palo, la fe; y el relleno, las bienaventuranzas de Dios.

Actualmente, aseguró que la compra de piñatas de cartón ha desplazado de manera considerable a las de barro. Aunque tiene piñatas de ollas de barro.

“En las escuelas me piden sin olla, para los niños, por el riesgo. Pero ya pa’ las posadas sí es de olla, quieren de olla, aunque se descalabren”, bromea.

A dos años de la pandemia todo ha subido, subieron los costos de los productos que se utilizan para la fabricación de las piñatas y obvio, uno tiene que subir el precio.

PIÑATAS MULTICOLORES

Por ejemplo, comparó, una estrella normal costaba 40 o 50 pesos, ahorita está en 70 u 80 pesos; una intermedia, costaba 80 o 90 pesos, hoy 180 o 200 pesos; un Santa Claus cuesta 130 y 150, dependiendo del muñeco; una estrella de 7 picos hoy está hasta en 400 pesos.

Doña Juanita relató que de las piñatas ha salido, medianamente, para darle a sus tres hijos educación, vestimenta y alimentación.

Pero se pone triste al expresarnos lo sucedido a su esposo, quien fue secuestrado hace cerca de 15 años y hasta la fecha no ha aparecido.

Pero pese a todo, Juanita es una mujer luchadora que ha sabido salir adelante como artesana de las piñatas de la colonia Independencia. Las asperezas del tiempo no la han doblegado.

Piñatas multicolores de personajes del cine y televisión, piezas elaboradas a semejanza de dibujos animados y las tradicionales de siete picos, se observan al paso de la calle Pineda, conforme me alejo.

Comparte en: