¿Crisis existencial, por culpa de la pandemia?

Por: Ernesto Salayandía García

Vivimos una de las peores crisis emocionales en la historia

Podemos comenzar con el tema de los matrimonios, el índice de divorcios en promedio, 7 de cada diez se divorcian, viven un infierno, una guerra de vanidades, culpas, reclamos, humillaciones, insultos, faltas de respeto, se arraiga la codependencia como enfermedad, ligada a ella, la neurosis extrema que trae como invitada al festín, por si fuera poco, a la depresión, sin olvidar la actuación de la ira, ligado a la autoestima baja, reflejando una palpable crisis emocional de las parejas, que más bien, son disparejas y no parejas como es de suponerse, ahora, el camino más fácil, ante la incompatibilidad de caracteres, es la separación, el rompimiento, el divorcio total, que ese sí, es para toda la vida, el matrimonio, no lo es.

Ante el rompimiento hay nula o poca tolerancia

Llamados matrimonios exprés, úsese y tírese, light, son árboles que nacen torcidos, lo que mal empieza mal acaba y el periodo de duración, es de tres a cinco años, el gran problema es cuando estos matrimonios se diluyen, dejan a mar abierto a los hijos, criaturas inocentes que ni vela en el entierro tienen, pero si reciben la daga de esta pésima relación, afectándolos de por vida en sus emociones, repitiendo, en muchos casos, los patrones de conductas que aprendieron de sus padres, fomentándose en la sociedad, la cultura del divorcio, es decir, sabemos más cosas sobre conflictos de pareja, que lo que es la esencia del matrimonio.

Caos familiar por la ausencia de una buena comunicación

Muchos hogares, empresas, como la sociedad misma, vivimos una época emocional complicada, la atmósfera emocional está saturada de neurosis, mala comunicación, atrapada por la desintegración, los chismes, las críticas, apatías, rumores, envidias, conflictos que genera la comunicación austera, la comunicación a medias y nos ubica, sin duda en una sociedad en decadencia, tanto en los ámbitos laborales como familiares, muchas personas viven mal y de malas, no buscan al que se la hizo, sino a ver con quien se desquitan, nos estamos acostumbrando a vivir la vida de prisa, perdiendo lo esencial que es la familia, por ende la comunicación y convivencia, nuestros jóvenes, muchos de ellos, están secuestrados por la depresión, viven una vida en blanco y negro, están tristes, enojados, distantes, a veces, irreverentes, agresivos, rebeldes, pero sin duda, aislados, refugiados en sus islas donde las altas tecnologías, no los llenan, otros se refugian en el alcohol y las drogas o ejercen adicciones diversas como el juego, el gimnasio o internet, entre otras, como las adicciones a las relaciones tóxicas, por demás enfermizas, innumerables jovencitas, tienen estas tendencias.


¿Por qué tengo problemas de comunicación?

La negación es el sello de distinción, pocas personas son verdaderamente honestas consigo mismas, al aceptar que tienen alguna limitante para emprender una buena comunicación, no reconocen, ni aceptan sus defectos de carácter, los malos hábitos y en su personalidad toxica, en lo personal, tuve que aceptar que soy soberbio hasta el extremo, narcisista, por demás egocéntrico, creo y doy por hecho que el centro de El Universo soy yo, que soy el único con derecho a la verdad, con derecho a resentirse, soy el hombre del mañana, evado el diálogo y no cierro círculos, lo dejo para mañana, claro que soy un orgulloso empedernido, me cuesta mucho trabajo reconocer mis errores, más que, ofrecer una disculpa y reconocer que cometí una falta, no me permito doblar las manos, ni echarle una piscacha de humildad al conflicto, tengo la facilidad de devaluar, denigrar, ofender, humillar y hacer trizas a la otra persona, vivo en el autoengaño, soy mitómano, el rey de las mentiras, me miento a mí mismo, carezco de honestidad, vivo con miedo a la crítica, al rechazo, al abandono y mantengo mi distancia, no me permito acercarme demasiado a las personas.


Maniaco depresivo

Hoy sé que mi principal enemigo soy yo mismo, tengo que combatir constantemente mis niveles de ansiedad y vivir mi vida en armonía, mis depresiones eran de más de 5 días, no me bañaba, puedes visualizar mi recámara con ropa sucia por todos lados, klinex impregnados de mucosidad con sangre, ropa interior, platos con comida apestando a rayos, los ceniceros atascados de ceniza con colillas y yo, tirado en la cama, sin que hubiera poder humano que me levantara, no tenía ánimos de nada, con alcohol o sin él, con cocaína o sin ella, yo estaba mal y de malas, triste, apagado, aislado, encerrado en mi cárcel emocional, abusando de las sustancias y así, en este autosecuestro, se me fue la vida, perdí mi libertad, tiempo, salud, dinero, dignidad, le di la espalada a las oportunidades, el éxito se me fue como espuma, la droga me lo robó todo, tenía una pésima comunicación conmigo y en consecuencia, con mi familia y con los demás, por ahora, estoy celebrando 30 años de matrimonio con mi mujer y gracias a Dios, disfruto de Ernesto y de mi familia, después la tempestad, vino la calma.

No toda la culpa es de la pandemia

Los índices de consumo en sustancias han crecido impresionantemente, como las tendencias a nuevas adicciones, después de la pandemia, la neurosis colectiva se extendió, como la ola de suicidios en todo el mundo, las muertes de sobredosis en Estados Unidos y México por abusos en los consumo de cristal, fentanilo y heroína y otro hecho extremadamente lamentable son los suicidios en jóvenes, seres humanos que culminan la salida por la puerta falsa y se arrebatan la vida, estos problemas emocionales se vienen arrastrando desde antes de la pandemia.- ¿Por qué los adolescentes piensan en el suicidio? Saber más acerca de lo que puede llevar a un adolescente a suicidarse tal vez ayude a prevenir futuras tragedias. Los motivos detrás del suicidio o de un intento de suicidio de un adolescente pueden ser complejos. Si bien es relativamente raro que un niño se quite la vida, la tasa de suicidios y de intentos de suicidio crece enormemente durante la adolescencia. El suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años, detrás de los accidentes y los homicidios. También se cree que por cada suicidio adolescente hay muchos más intentos de suicidio. El riesgo de suicidio se incrementa enormemente cuando los niños y los adolescentes tienen acceso a armas de fuego en el hogar y cerca del 60% de todos los suicidios de los Estados Unidos son cometidos con un arma de fuego. Es por eso que, si hay armas de fuego en el hogar, deben estar descargadas, bajo llave y fuera del alcance de los niños y los adolescentes. Las sobredosis con medicamentos de venta libre, con receta y sin receta, también son un riesgo muy común para los intentos de suicidio y los suicidios. Es importante controlar atentamente todos los medicamentos que hay en el hogar.

Debe saber que los adolescentes intercambian diferentes medicamentos con receta en las escuelas y los llevan (o los almacenan) en sus mochilas o sus casilleros. Las tasas de suicidio son diferentes entre los muchachos y las muchachas. Las muchachas piensan en suicidarse e intentan suicidarse con una frecuencia dos veces mayor a los muchachos y suelen intentar suicidarse con una sobredosis de drogas o cortándose. Sin embargo, la frecuencia de muertes por suicido en los muchachos cuadruplica la de las niñas. Los expertos creen que esto se debe a que suelen usar métodos más letales. El índice de suicidios predomina en varones, debido a que la mujer lo intenta más veces, pero el hombre si lo culmina.

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