Por: Servicios AINI
Ciudad de México, Marzo 12.- Con la llegada de la primavera, el paisaje se llena de color y aroma debido a la floración de diversas especies. Sin embargo, esta estación también marca el inicio de un periodo complicado para quienes padecen alergias respiratorias, ya que el aumento de partículas en el aire puede generar síntomas molestos como congestión nasal, estornudos y dificultad para respirar.
Entre las flores que más impacto tienen en los alérgicos destaca el girasol, una de las especies más representativas de la temporada.
Aunque su polen no es ligero ni se dispersa fácilmente con el viento, su capacidad alergénica sigue siendo una preocupación, especialmente para las personas sensibles a la familia de las Asteráceas, que incluye margaritas y crisantemos.
¿Cómo impactan los girasoles a las personas con alergias?
Los girasoles son conocidos por su llamativo color amarillo y su capacidad de girar siguiendo la luz solar.
Para quienes padecen alergias estacionales, esta flor puede representar un riesgo debido a su contenido de polen, aunque su efecto es diferente al de otras especies más ligeras y volátiles.
A diferencia de las plantas que liberan grandes cantidades de polen en el aire, el girasol depende de los insectos polinizadores, lo que reduce la cantidad de partículas en suspensión.
Sin embargo, esto no significa que no pueda generar reacciones alérgicas. De hecho, las personas sensibles a la familia de las Asteráceas pueden experimentar síntomas como:
Estornudos frecuentes
Congestión nasal
Irritación y picazón en los ojos
Dificultad para respirar en exposiciones prolongadas
Además, los productos derivados del girasol, como el aceite y las semillas, pueden ocasionar molestias en personas con hipersensibilidad al polen de esta planta, ya que pueden contener trazas que desencadenan una respuesta inmunitaria en individuos alérgicos.
Aunque la primavera es la estación donde la mayoría de las flores generan más polen, el caso del girasol es diferente.
Su mayor liberación de polen ocurre a finales del verano y principios del otoño, cuando su floración alcanza su punto máximo.
Esto significa que en zonas donde los cultivos de girasol son extensos, la concentración de polen en el ambiente puede aumentar significativamente.
Las condiciones climáticas también influyen en la propagación del polen:
Días secos y con viento: Mayor dispersión de partículas en el aire.
Días húmedos: Disminuye la cantidad de polen en el ambiente.
De acuerdo con especialistas en inmunología y alergias, la reacción a los girasoles depende del nivel de sensibilidad de cada persona. No todos los alérgicos presentan síntomas al entrar en contacto con esta planta, pero aquellos con antecedentes de alergia a las Asteráceas pueden notar efectos más marcados.
¿Cómo protegerse de las alergias causadas por los girasoles?
Si bien los girasoles siguen siendo una de las flores más queridas y utilizadas en diversos sectores como la decoración, la industria alimentaria y la medicina natural, es importante que las personas alérgicas tomen ciertas precauciones para evitar molestias.
Evita el contacto directo con la flor: Si eres alérgico al polen, mantenerse alejado de los girasoles puede reducir el riesgo de reacción.
No consumas productos derivados: El aceite y las semillas de girasol pueden contener residuos de polen que podrían generar síntomas en personas altamente sensibles.
Usa mascarilla en zonas con alta concentración de polen: Si vives en una región donde hay campos de girasoles, usar protección facial al salir puede ayudar a reducir la exposición.
Sigue un tratamiento antialérgico: Consultar a un especialista en alergias puede ser clave para controlar los síntomas con antihistamínicos o inmunoterapia.
Evita actividades al aire libre en días con mucho viento: La dispersión de polen es mayor en condiciones secas y con ráfagas de viento.