Por: Isidro Bautista Soriano

Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard iniciaron su carrera rumbo a la elección presidencial disputándose los reflectores más que los restantes de Morena, la primera por Oaxaca, con la lectura de primero los pobres, y el segundo, con la declaración hecha en el sentido de que creará la Secretaría de la Cuarta Transformación en el caso de llegar al palacio nacional, sólo que su propuesta quedó truncada con el rechazo de Andrés Manuel López Beltrán para ser su titular.

El mismo día del planteamiento, el principal que hizo en el arranque de su activismo político, tuvo el «no gracias» del hijo del presidente AMLO como respuesta; o sea, como la canción aquella de Los Angeles Negros, de Debut y despedida, o como aquel varón que sintiéndose el más atractivo de la fiesta es hecho a un lado por la dama a la que invita a levantarse de su asiento para bailar, por no decir despreciado.

«Aunque agradezco tu generosa oferta, prefiero mantenerme al margen y rechazar la misma para que no pueda ser utilizada en favor o contra de ninguno de nuestros compañeros que, de manera legítima, trabajan también por liderar la defensa de la Cuarta Transformación del país”, argumentó López Beltrán.

Debió haber actuado con toda prudencia como el novio aquél que lanza el anzuelo, y se limita a decir: «¿aceptas casarte conmigo? No me contestes ahora. Piénsalo, y luego me respondes».

Sólo que el destinatario, por muy decente que haya sido su respuesta, lo puso en evidencia, por no decir en ridículo, en una situación que indudablemente hizo crecer políticamente a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Aquí cabe la frase máxima escrita por el rey Salomón en la Palabra de Dios: El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. Es precisamente en el inicio de ese tipo de activismo, casi igual que al finalizarlo, en que se debe tener el mayor cuidado posible para no tener ninguna caída.

Dicen los que mucho saben que en la forma de agarrar el taco se sabe cómo come, o también que el que bien inicia bien acaba, refranes muy acuñadas por los mexicanos.

Sorprendió y desencantó sobremanera, aun entre sus simpatizantes, que haya hecho tal propuesta, cuando esperaban ver a un contrincante crítico y autocrítico, y con el pueblo como destinatario directo y con una persona en particular. Desde luego que el ex canciller debió haber tenido sus motivos ineludibles como parte de su estrategia política, pero debe pensar dos veces lo que tenga que hacer o lo que tenga que decir, más si se trata de rebasar a la única mujer en la contienda, y que aparte es la más posicionada desde el destape de todas las corcholatas, no únicamente de Morena, sino de todos los partidos.

Con eso, Sheinbaum se fortalece rumbo a las urnas del 2024. En quien menos se lo esperaba, o cuando menos se lo esperaba, y sin pedírselo, Ebrard le dio más simpatías con esa que no puede llamársele como simple ocurrencia. Pareciera que en su cuarto de guerra sólo él es el soldado.

¿Cuántos puntos caería o cuántos puntos le habría dado a ella? Los que sean, pero fue su principal promotor. Hay quienes seguramente estarán preguntándose, ¿y si él fuera el candidato, qué secretaría de Estado ofrecería a Cárdenas, a Alito, a Lilly Téllez, a Creel o al que mejor le parezca?

Es el primer día de activismo político. Aunque una vaya adelante y otro pisándole los talones, no deben dejar de fijarse por dónde caminan, porque las piedras ruedan, y pueden tropezar cuando menos lo esperen.

De acuerdo con una nota publicada este martes por el periódico El País, «la ex mandataria ha pedido a su círculo de colaboradores de campaña no confiarse de las encuestas y actuar como si ella estuviera diez puntos abajo del primer lugar, según han dicho dos fuentes que asistieron a una reunión de arranque con la aspirante el sábado pasado, apenas un día después de que renunció a la jefatura de Gobierno y formalizó su registro como aspirante a la candidatura».

Dicho diario añadió que «los colaboradores consultados han señalado que Sheinbaum les dijo que, si bien la mayoría de las casas encuestadoras la colocan primera en las preferencias, era mejor que ignorasen esas proyecciones y se decantasen por una dura campaña de ras de suelo».

Es mejor así: no confiarse, como ella lo hace.

Hay otro dicho sabiosísimo, de Pablo, el apóstol: «Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa

sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa».

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