Por: Álvaro Venegas Sánchez

De pronóstico reservado la marcha convocada por organizaciones civiles para el próximo domingo 13 de noviembre para manifestar pleno rechazo a la iniciativa de reforma que propone entre otros puntos transformar al Instituto Nacional Electoral. El líder del PAN, Marko Cortés, advirtió ya que su partido va a sumarse y es de esperar también lo hagan Fox y Felipe Calderón con sus respectivos seguidores: empresarios, intelectuales, simpatizantes bien educados, algunos dueños de medios de comunicación y todos aquellos que, en julio del 2018, merced a la voluntad popular expresada en las urnas perdieron privilegios al ser echados del atrio del poder.

El argumento, convertido en tóxica cantaleta es: “defendamos al INE, “en defensa de una institución que nos ha costado tanto construir”, y la similar que salió de la vena patriótica del diputado de Movimiento Ciudadano: “Defender al INE es defender a México”. Según ellos, López Obrador y su partido Morena quieren desaparecerlo. Los puntos esenciales de la iniciativa de reforma electoral indican que tal propósito no existe. Veamos:

La propuesta es que cambie de nombre. De INE a INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas) sin perder autonomía. Reducción del número de diputados de 500 a 300. Si el territorio nacional está organizado en 300 distritos electorales federales ¿por qué son 500 diputados en la Cámara? ¿Quién, cómo eligen a 200 extras plurinominales? Son preguntas que han estado en la mente de los ciudadanos al enterarse y ver a legisladores que no salen del voto popular; además saltan de una Cámara a otra llegando incluso a cambiarse de bancada de partido político. Reducir el número de senadores de 128 a 96. Al ser tantos la opinión es semejante. Son 32 estados de la República. Al considerar 2 senadores para quien obtenga la mayoría en elección en que se disputa la Presidencia y asignar una al partido que logra ubicarse en segundo lugar de la votación parece correcto. Sin embargo, ¿por qué regalar 32 senadurías más? Ese fue un arreglo con cargo al presupuesto.

Ajustar el número de consejeros de 11 que son actualmente a 7. Además, tanto consejeros del INEC como magistrados del TEPJF sean propuestos por los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y no como se hace ahora, en forma de cuotas negociadas entre los partidos políticos; para más, ser elegidos mediante voto popular en elecciones abiertas. Ciertamente esta nueva forma acabaría con la ventaja que ha sido útil sólo a unos; implicaría para los elegidos no lealtad a quien los impulsó y favoreció sino eficiencia y nivel de compromiso con la democracia.

Entre las pretensiones también importantes de la reforma inaceptable para los susodichos están otras: 1) Proporcionar financiamiento público a los partidos sólo para las campañas electorales. O sea, recibirían recursos nada más cuando haya un determinado proceso de elección y no cada año para sostenimiento de burocracias. Esta medida sin duda ayudará a conocer el grado de convicción de la militancia; como en los tiempos cuando la lucha social era por ideales; 2) Limitar el número de regidurías en los municipios (se han documentado casos como Acapulco, por citar un ejemplo, donde el sueldo a regidores es de maravilla). 3) Prescindir de los organismos electorales estatales; y 4) Disminuir el porcentaje de la participación ante una consulta popular de 40 % a 33 % para tener carácter vinculatorio.

Cualquier ciudadano puede entender entonces la falsedad de aquellos que afirman y reiteran que la intención gubernamental es desaparecer al INE. No es así. El objetivo es transformarlo tratando sea un Instituto más eficiente, comprometido con los anhelos democráticos de la sociedad y sobre todo menos costoso.

Volviendo a la marcha anunciada, si llegara a concentrar decenas de miles de ciudadanos, lo cual es de suponer con la presencia masiva del PAN y las huestes que sigan a personalidades como el señor Claudio X González, los expresidentes, legisladoras y legisladores famosos, comentaristas estrellas y demás, por supuesto podría ser motivo de preocupación; quizás hasta de contención. De resultar un fiasco tipo movilizaciones del FRENAA, terminaría ayudando y fortaleciendo a sus adversarios: el presidente y Morena.

Es rara la oposición política de derecha. Está actuando contracorriente. La iniciativa en cuestión goza de amplia aceptación ciudadana justo en puntos que ella rechaza. Lorenzo Córdova quiso aclarar, pero la mitad de lo que dijo no es verdad y la otra mitad no se le puede creer. A pesar de todo, los opositores hablan con tanta certeza; creen que la gente los entiende y seguros están va a apoyarlos. Veremos quien se equivoca o miente.

Iguala, Gro., noviembre 7 del 2022.

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