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Pekín, China. Pese al clamor en Estados Unidos para que el gobierno chino endurezca las acciones en contra del tráfico de fentanilo y precursores para su elaboración, las medidas implementadas por las autoridades del gigante asiático, hasta el momento, han resultado insuficientes.
La producción de fentanilo en territorio chino es vigilada estrictamente, con la participación directa del gobierno. Además, en mayo de 2019, el gobierno de esa nación colocó al fentanilo y dos de sus precursores clave del fentanilo bajo un régimen regulatorio controlado.
A pesar de ello, China sigue siendo el principal proveedor del opioide sintético en Estados Unidos, sustancia que ha desatado una ola mortal en el vecino del norte.
Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, señaló en octubre pasado que cada año se registran en su país 110 mil muertes por sobredosis de drogas. De ellos, entre 70 y 75% está ligado a los opioides sintéticos, en particular el fentanilo.
Aunque ha respondido a los llamados a cooperar en el combate al trasiego de la sustancia ilegal, el gobierno chino se ha negado a asumir la responsabilidad del abuso en el consumo del fármaco en Estados Unidos, considerado una nueva epidemia.
Al subrayar que EU debe hacerse responsable de la situación, Liu Yuejin, subdirector de la Comisión Nacional de Control de Narcóticos, comentó que abusar de analgésicos que llevan receta es una tradición de los estadunidenses.
«El abuso del fentanilo es una enfermedad crónica de la sociedad estadunidense, y es natural que el país busque una cura”, señaló un editorial de El Diario del Pueblo, medio del Estado chino, publicado en agosto de 2019.