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Venezuela. El hundimiento la tarde del martes de una mina de oro en Venezuela dejó un saldo de al menos 30 muertos, decenas de heridos, mientras que se teme que un centenar de mineros hayan quedado sepultados en una nueva tragedia en América Latina por las malas condiciones laborales en la que trabajan las personas que extraen minerales.


El viceministro para la Gestión de Riesgo y Protección Civil, Carlos Pérez Ampueda, informó de las «operaciones de salvamento, búsqueda y rescate por el deslizamiento de tierra y colapso» de la mina ‘Bulla Loca’ del estado Bolívar (sur, fronterizo con Brasil).


Comentó que se habilitaron carpas para «triaje de campaña y atención prehospitalaria», a la vez que funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamec) se encuentran en el lugar, donde también se realizan labores de «atención, traslado y manejo masivo de víctimas», aunque no precisó cuántas se computan de momento.


No obstante, el alcalde de Angostura, Yorgi Arciniega, reportó, al menos, 30 muertos y más de 100 sepultados.


Por su parte, la Zona Operativa de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (Zoedan) de Bolívar, en un reporte difundido este miércoles, señaló que se trata de una «mina artesanal» a cielo abierto, en la que «se encuentran algunos mineros lesionados y tapiados».

Tragedia repetida
El pasado mayo, al menos doce personas murieron asfixiadas dentro de una mina ubicada en Bolívar, la cual se vio afectada por las intensas lluvias registradas en los últimos días, informaron entonces autoridades regionales.


El accidente en Venezuela trae a la memoria otros siniestros como el que mató a 73 mineros en Colombia en 2010, tras la explosión de una mina de carbón, o los 65 trabajadores de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila (México), que murieron en enero de 2006 debido a una explosión por acumulación de metano y polvo de carbón.


La única tragedia con final feliz fue el registrado en Chile en 2010, en la que quedaron atrapados 33 mineros, que finalmente lograron ser rescatados con vida.


El accidente ocurrió específicamente en la mina San José, en el desierto de Atacama, donde quedaron atrapados 33 mineros a aproximadamente 700 metros bajo tierra durante 69 días, enfrentando condiciones extremas y una escasez de alimentos, agua y aire fresco.

El rescate comenzó el 13 de octubre de 2010, utilizando una cápsula especialmente diseñada para tal fin, denominada ‘Fénix’, que fue bajada a través de un conducto perforado hasta donde se encontraban los mineros.

Uno a uno, los mineros fueron izados a la superficie en una operación que duró casi 24 horas, pero que finalizó con éxito.

El drama de “los 33”, una de las noticias más mediáticas y conmovedoras de la historia reciente de América Latina, llevó a un endurecimiento de la legislación minera en el país, pero no sucedió lo mismo en el resto de América Latina, como quedó patente en la tragedia de este martes en Venezuela. De confirmarse la desaparición de más de cien mineros y si no logran ser rescatados se convertiría en la peor tragedia minera de la era moderna en América Latina.

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