Por: Álvaro Venegas Sánchez

Hace cinco años la oposición al Partido Revolucionario Institucional por la derecha la encabezaba Ricardo Anaya, del PAN; por la izquierda Andrés Manuel López Obrador. La campaña y los debates sirvieron para conocer y contrastar las propuestas y, finalmente, los electores al votar en la jornada electoral el 1 de julio del 2018, definieron que AMLO asumiera la presidencia de México. Cinco años son relativamente pocos en comparación a tantos sexenios en que PRI y PAN compartieron el poder. Por eso, la justa remembranza y el festejo del sábado. La fecha no podía pasar desapercibida para dimensionar el cambio y lo que se ha logrado en bien de la mayoría de los mexicanos.

Imperdible en el escenario es la conformación y el comportamiento de la nueva oposición política. Oposición que, hay que destacarlo, no enfrenta el fantasma de la represión por parte del gobierno como solía ocurrir a la oposición de antes del 2018. La actual es tricolor porque se identifica con los colores que usan el PAN, el PRI y el PRD. Sin embargo, difícil creer que, como ente opositor, los partidos ahora aglutinados se hayan despojado de la ideología y los principios con los cuales surgieron a la vida pública. La unidad que presumen es por necesidad y conveniencia. A penas coinciden a veces en oponerse a cualquier acción o iniciativa del gobierno federal y de Morena. Andan juntos, pero no revueltos.

Muestra fehaciente es el comportamiento que tienen justo ahora, como partidos y como individuos para seleccionar al posible candidato o candidata que los represente en 2024. Mientras los seis presidenciables de Morena recorren los estados y contactan diariamente a miles de ciudadanos, PRI, PAN y PRD, andan entrampados en la maleza queriendo encontrar el procedimiento para la selección. Más claro, en tanto la contraparte logra acercamiento social, conquista y suma, al PRI lo abandonan militantes y el PAN día tras día pierde credibilidad. Credibilidad que no va recuperar con Cabeza de Vaca, Santiago Creel, Xóchitl Gálvez o el empresario Claudio X. González.

La circunstancia obviamente favorece a Morena. En este sentido, los aspirantes a suceder a López Obrador, comprometidos con el acuerdo de unidad y lealtad para continuar la transformación y con base en que la lucha no es por cargos, no debieran polarizar el ánimo en la base del Movimiento de Regeneración Nacional. Al final de esta jornada previa a la encuesta que definirá el nombramiento del Coordinador, el movimiento debe, tiene que resultar mucho más fortalecido. Claudia, Ebrard, Adán Augusto, Noroña, Monreal, Velasco, son aliados y compañeros de lucha no adversarios. El número de concentraciones que realicen y la cantidad de asistentes que reúnan no contarán para la encuesta. La muestra podría considerar cinco mil, diez mil, cien mil, cualquier otra cantidad de ciudadanos y solamente la opinión de ellas, de las personas entrevistadas, determinará el lugar de los contendientes según las preferencias.

Al respecto, llama la atención la versión de algunos con capacidad de leer el pensamiento o poseen una gran imaginación. He leído, sobre todo escuchado decir a morenistas: la favorita de AMLO es Claudia; quiere que sea ella. ¿Lo habrían escuchado? ¿A quién o quiénes habría confiado el secreto el presidente? Los adversarios igual concluyeron que la ficha con aval presidencial era, es la ex Jefa de gobierno de la Ciudad de México. Personalmente por la admiración que tengo a López Obrador al compararlo con otros mandatarios anteriores, rechazo que estemos presenciado un montaje.

No puedo creer que los inscritos para concursar se presten al juego sólo por darle gusto. Pienso eso sí que, los simpatizantes de Claudia Sheinbaum tuvieron la genial ocurrencia de hacer correr tal idea considerando la trayectoria de quien además sienten más de Morena. Para los efectos en todo caso es válido. El diputado Fernández Noroña, fue ocurrente al llamar a AMLO “el compañero presidente” y lo posesionó en su discurso como ningún morenista. Insisto, para los efectos cada quien su estrategia así sea en la disputa interna. Lo importante ahora es cuidar la unidad y que nadie abra flancos que aprovechen los que saquearon el país y quieren regresar en el 2024.

Iguala, Gro., julio 3 del 2023.

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