-Última parte-
Por: Álvaro Venegas Sánchez
Así decíamos, pero es discutible referir ese pasado como “el descubrimiento de América” o simple “encuentro de dos mundos”. Fue avasallamiento salvaje para imponer la cultura europea y de gran resistencia de los aborígenes para conservar la cultura prehispánica. De ahí el título original que se me ocurrió: ¿Fue civilización contra barbarie o barbarie contra civilización? Y concluí (hace 28 años) con otra interrogante: ¿Quiénes fueron los bárbaros?
En 1492 se habla que, en La Española, había entre 7 y 8 millones de pobladores; cuatro años después (1496) se reduce a la mitad y en 1518 no quedan sino 15 600. Los frailes dominicos dan explicaciones sociales y morales a este fenómeno. Denuncian como cruel y despiadada la acción de los españoles en las Indias. Para los religiosos, en el origen del proceso de despoblación están los malos tratos infligidos a los aborígenes de los que son testigos y los atribuyen a un pecado grave: la codicia. Todas sus acciones se orientan a la acumulación de riqueza. Este es el momento de la Leyenda Negra, cuyo protagonista principal Bartolomé de las Casas, lo acusaron de exagerar los hechos.
La acción económica en las islas del Caribe se centra en la búsqueda del oro, el producto más importante de la economía de España y era recolectado en los depósitos de los ríos con la técnica del “lavado de oro”. Las mujeres aborígenes son las encargadas de realizar tal tarea con un tamiz de madera, la batea. Este trabajo golpeó al sector reproductor de la población. Las mujeres, debido a la ocupación en la extracción del codiciado metal, no pueden amamantar a sus hijos pequeños; en consecuencia, la despoblación se acelera.
En 1519 comienza la explotación de la caña de azúcar con mano de obra esclava importada de África. Hernán Cortés conquista Tenochtitlan en 1521 y Francisco Pizarro el Perú en 1534. Se convierten en polos continentales del imperio español en América. Después de la extracción del oro aluvial, la plata toma su lugar una vez localizadas las minas. En México se extrae en Zacatecas, Guanajuato, Durango y como en las islas caribeñas, inicia el decrecimiento poblacional en la Nueva España. De 25 millones de habitantes en 1518 para 1532 sólo quedan 16.9 millones. En 14 años, 9 millones de indígenas dejaron de existir.
En el marco de la creación de instituciones sociales y económicas España implantó la Encomienda para reglamentar las relaciones entre españoles e indígenas. Consistió en ceder, de parte del Rey a un súbdito (encomendero), la percepción del tributo que el indio debía pagar a la corona a cambio de su evangelización; ésta quedó a cargo del encomendero. En 1549, dada “la ociosidad de los indios”, Carlos V expidió una ordenanza forzándolos al trabajo asalariado en labores del campo, minas y obrajes.
Los datos anteriores dan una idea del avasallamiento que sufrieron nuestros antepasados y cómo se produjo el trasplante cultural europeo. La monarquía, en nombre del “progreso” y de un proceso “civilizador”, con la cruz y la espada aniquiló y destruyó pueblos y culturas.
Ahora bien, transcurridos más de 500 años, en 2018 con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República, México solicitó al rey Felipe VI reconocer el papel que jugó la corona en ese pasado ominoso y ofreciera una disculpa. Ignoraron y hasta se burlaron de la petición (incluso algunos mexicanos). Por ese motivo Claudia Sheinbaum, invitó al presidente de España a su toma de protesta, pero no al monarca. Reclamaron el desdén y no vinieron. Claro, ni hacían falta.
Eso sí, el 12 de octubre, la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) de aquel país, celebró allá el tradicional Día nacional de la hispanidad. Lo hacen para contribuir a la tarea de reivindicar la figura de los que “descubrieron” América”. Para la ACdP los conquistadores no fueron “ni genocidas ni esclavistas; son héroes y santos”. “Arriesgaron su vida al embarcarse en la aventura de llegar al Nuevo Mundo con un objetivo principal: extender el cristianismo”. Ha tratado también, sin éxito, de convertir en santa a Isabel I de Castilla, por haber financiado el viaje de Cristóbal Colón en 1492.
Esta agrupación de extrema derecha, aquí en México da voz y cobertura a Eduardo Verástegui, a quien presenta como actor, director y productor de cine; éste quiso ser candidato independiente a la presidencia, pero no reunió las firmas necesarias. Sin embargo, anunció crear un partido político que defienda los pilares fundamentales de la sociedad “desde el Evangelio”.
Iguala, Gro., octubre 21 del 2024