Por: José Eduardo Cruz Carbajal
«Porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso»
Rut 1:20
Ciudad de México, Septiembre 24.- Querido doliente: En mi primera carta te di un panorama general de lo que podrías encontrar al momento de vivir la pérdida de algo, o alguien importante para ti, espero que mis líneas hayan sido útiles para ti en este momento que sin duda no debe ser nada fácil. Hoy quiero hablarte específicamente de cuando enfrentas la muerte de alguien muy especial para ti. Una vez que la muerte te sea confirmada, sentirás que el mundo termino para ti, el impacto de la noticia será tan fuerte que seguramente tendrás dificultad para asimilar la realidad, seguramente sentirás que algo se rompió en tu interior, o que te arrancaron un pedazo de tu corazón. Si tienes oportunidad de ver el cuerpo fallecido de tu ser amado, aprovéchala, corre a ese último encuentro, acaricia su frente, toma su mano, dale un último beso, dile lo que tú necesites decirle, él ya no te responderá, pero para ti será liberador hacerlo, háblale con confianza, el último sentido que se pierde es el oído, así que él se irá de esta tierra con la certeza de haberte escuchado por última vez. Llora junto a su cuerpo, dile que le honras como alguien importante para ti, agradécele todo lo que vivieron juntos, perdona sus faltas y pídele que perdone las tuyas, déjalo en manos de Dios, allí donde tus brazos ya no pueden cuidarle, Él hará el trabajo por ti. Con ayuda de tus amigos y familiares cercanos organiza el funeral, quizá no tengas cabeza para hacerlo, pero ellos serán tu voz a la hora de tomar decisiones, permíteles que te ayuden en todo, su ayuda será un grato regalo en este tiempo tan complicado, te pueden ayudar en todo, desde hacer los trámites necesarios, hasta en la planeación de la ceremonia. Vive esta ceremonia centrándote en tu fe, planéala de una manera en que a ti te dé paz y te conecte con Dios, si tu ser querido expreso en vida cómo deseaba su funeral, cumple esa petición, quizá no totalmente, pero si de una manera que se acerque a lo que él deseaba, solamente cuida de no ir más allá de tus posibilidades. Llevar a cabo el velatorio, así como la sepultura o la cremación del cuerpo de tu ser querido, facilitará evolución de tu proceso de duelo, si omites los rituales funerarios, sentirás que algo te faltó, así que vívelos, participa de ellos.
Al llevar a cabo los rituales funerarios estarás compartiendo tu dolor con quienes son importantes para ti, y la muerte de tu ser querido será honrada. Así como cuando recibimos a un recién nacido y nos alegramos con los padres primerizos, cuando muere un ser querido, los tuyos, los que te quieren, estarán contigo compartiendo tu pena y tu dolor, llorando contigo, permitiéndote recargarte en sus hombros, rodeándote con sus brazos, asegurándote una cosa: No estarás solo mientras pases por el valle de sombra de muerte. Con amor: Tu Tanatólogo.
*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo con estudios en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com