Jorge Albarrán Jaramillo – Enviado Especial
Ciudad del Vaticano, Mayo 7.- Hoy dio inicio el Cónclave en el que se elegirá el nuevo Pontífice que habrá de guiar a la Iglesia Católica, después del fallecimiento del Papa Francisco.
El rito comenzó con una misa celebrada en el altar mayor de la Basílica de San Pedro a las 10 de la mañana, hora de Roma, misma que fue celebrada por el cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio y en la cual estuvieron presentes los 133 cardenales electores.
Después de la Santa Eucaristía, los cardenales electores pasaron al interior del Vaticano en donde despues de tomar los alimentos del mediodía, a las 4:30 de la tarde, hora de Roma (8:30 de la mañana, hora de México), los hombres de vestidura roja se reunieron en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico para realizar una oración conjunta y tras ella marchar en procesión rumbo a la Capilla Sixtina, donde prestaron juramento de confidencialidad y se comprometieron a rechazar cualquier influencia externa antes de iniciar las votaciones.
La Santa Sede informó el día de ayer que ya están instaladas las mesas de votación y las estufas para quemar los votos, así como la chimenea por la cual habrá de salir el humo blanco o negro de cada una de las rondas de votación.
Salvo el día de hoy, donde solamente se tiene programada una votación, el resto de días, en caso de ser necesario, se realizarán 4 en total, dos de ellas por la mañana y dos más por la tarde.
En este Cónclave participarán 133 cardenales, por lo que son necesarios e indispensables 89 votos en favor de un cardenal para que pueda ser nombrado Papa.
Si después de tres días de votaciones no se ha alcanzado un consenso, se suspenderá el proceso durante un día para permitir una pausa en la que se haga oración, reflexión y libre diálogo entre los electores, acompañada de una exhortación espiritual a cargo del cardenal decano de la orden de los diáconos.
Tras esta pausa, se reanudarán las votaciones. Si después de siete escrutinios más no resulta ningún cardenal electo, se realizará una nueva pausa, esta vez guiada por el cardenal mayor de la orden de los presbíteros, y se abrirá una segunda serie de hasta siete votaciones.
En caso de que tampoco se alcance una mayoría suficiente, habrá una tercera pausa, con exhortación a cargo del cardenal mayor de la orden de los obispos, seguida de otra ronda de siete votaciones.
Si aún así no se ha elegido al Papa, se reserva un nuevo día de oración y diálogo. En la votación siguiente sólo podrán ser elegidos los dos candidatos más votados en el último escrutinio, aunque ellos no podrán votar. Para que uno de los dos sea proclamado Papa, éste también deberá alcanzar una mayoría de dos tercios de los cardenales presentes y votantes.
¿CÓMO SE REALIZAN LAS VOTACIONES?
Cada cardenal recibe una papeleta con la frase Eligo in Summum Pontificem («Elijo como Sumo Pontífice”) y debe completarlo con el nombre de su candidato. Tras escribirlo, se dobla y se lleva al altar, donde se pronuncia un juramento antes de introducirla en la urna.
El recuento se realiza en forma minuciosa. Tres escrutadores leen en voz alta cada voto, lo anotan y los pinchan en un hilo para conservarlos. Si hay alguna irregularidad, como un número incorrecto de papeletas o papeletas sospechosas, se anula y se repite la votación.
En el caso de los cardenales enfermos, se han previsto procedimientos específicos para que puedan emitir su voto desde sus habitaciones o desde su asiento en la Capilla Sixtina.
Tras finalizado el escrutinio, todas las papeletas son quemadas en presencia del secretario del Colegio y del Maestro de Ceremonias, que es llamado por el último cardenal diácono. Sin embargo, si se va a celebrar una segunda votación de forma inmediata, las papeletas de ambas se queman juntas al final del segundo escrutinio.
Y luego de que ya se confirmó la elección Papal, el personal comisionado procede a la quema final de las papeletas o boletas junto con los ingredientes necesarios para que salga humo blanco.