Por: Álvaro Venegas Sánchez

Horas después del impacto del huracán Otis, mientras el presidente López Obrador iba en camino y batallaba para llegar al puerto de Acapulco, en entrevista radiofónica el senador del PRI Manuel Añorve Baños, lamentaba la tragedia y cuestionaba la falta de recursos por haber cometido el error de desaparecer el Fondo nacional para desastres naturales (FONDEN). Opiniones y reclamos similares continuaron en sintonía convirtiendo desastre y FONDEN en municiones para atacar al gobierno federal.

Transcurrido un mes, cuando ya la emergencia quedó atrás, hay acuerdos y compromisos para emprender la reconstrucción y los recursos fluyen y se entregan directamente a los damnificados de Acapulco y Coyuca de Benítez, aún hay voces rezagadas de personas que seguramente no ven las conferencias mañaneras porque prefieren consumir comentarios de los que desinforman. Por tanto, hablan del asunto como si el siniestro hubiera ocurrido apenas hace 24 horas.

De ejemplo está Carlos Urzúa. Aquel que fue el primer secretario Hacienda y Crédito Público de este sexenio; quien renunció porque el primer proyecto de presupuesto de egresos que elaboró, López Obrador lo rechazó argumentando que parecía haber sido dictado por Agustín Carsten. Resulta que, el pasado viernes, en la plenaria de diputados locales del PAN efectuada en Guanajuato, en la que estuvo Xóchitl Gálvez, abanderada de la Coalición Fuerza y Corazón por México, Urzúa afirmó: “Por ineptitud, el gobierno quitó el Fondo Nacional de Desastres. Por tanto, no hay dinero disponible para este tipo de emergencias, nunca debió eliminarlo, ahora simplemente se hizo bolas y después de cuatro semanas siguen sin operar de manera eficiente”. No fue todo, sostuvo: “están cuidando guardaditos para la elección presidencial”.

La situación real, la que atienden día a día con ayuda del Ejército, la Marina y Guardia Nacional las autoridades de los tres niveles de gobierno y percibe la gente, claro aún no es la ideal, pero es totalmente diferente a la que pintan los detractores. El miércoles 22, el presidente anunció que, al día siguiente, estaría por sexta ocasión en el Puerto y el domingo 26 en Tlapa. En cumplimiento, el jueves, la conferencia diaria la realizó en la 12 Región Naval y, al tocar el punto de la devastación en la zona, remarcó: “No hay tope de recursos para la reconstrucción. No vamos a limitarnos en presupuesto. Hay dinero suficiente, el que se necesite y requiera para rehabilitar Acapulco y mejorar la situación de su pueblo”. “Luego de la atención a la población, el regreso del turismo es muy importante para la reactivación económica”.

Obviamente, convocó a la participación de todos y pidió a la población no desesperase. Su gobierno, informó, gestiona ante firmas mexicanas y extranjeras, la compra de enseres y electrodomésticos para entregarlos a cerca de 250 mil familias afectadas. Ya cuenta con 41 mil paquetes con estufas refrigeradores, ventiladores, licuadoras, colchones y otros enseres, pero falta completar la cantidad y enseguida entregarlas de inmediato. Por su parte, Ariadna Montiel, secretaria de Bienestar, dio cuenta de 249 mil 795 hogares de familias damnificadas, así como 47 mil 627 locales comerciales con algún daño para las que empezarían a proporcionar un apoyo de 8 mil pesos destinados a limpieza y posteriormente otro más que va de 35 a 60 mil pesos para reconstrucción de viviendas en lapso comprendido del 29 de noviembre al 31 de diciembre próximos y de acuerdo al censo que integraron Servidores de la nación.

Por supuesto, el presidente reconoció la participación y disposición del sector empresarial sin dejar de lado la petición para que no abusen en los precios ni despidan a los empleados. Enfatizó, porque sólo así, entre todos, colaborando unos con otros, lograremos que llegue una etapa nueva, mucho mejor para Acapulco.

Bien puede verse entonces que, cierto FONDEN no existe ni opción que vuelva. Sin embargo, hay constancia de que, para eventualidades que afectan a la población, recursos sí hay y llegan sin mediar solicitud para que el gobierno federal considere y declare “estado de emergencia en tal región del país”. Claro, los que no entienden que las circunstancias cambiaron, que hay un proceso de transformación en curso, seguirán luchando para reinstalar formas que imperaron en el pasado.


Iguala, Gro., noviembre 27 del 2023.

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