Relevos cuatro por cuatro

Por: José I. Delgado Bahena

No, no estoy hablando de las olimpiadas de París, que, la verdad, me gustaría hacerlo, por dos razones: soy amante de los deportes y mi sueño es visitar esa ciudad capital de Francia. Me refiero a los relevos de estafeta en las colonias y comunidades de Iguala. Imagino que pasa también en otros municipios; pero como me enteré que a las nuevas autoridades de los pueblos les tomaron protesta hace un par de días, y como se eligen, cada tres años, a tres titulares y un (a) suplente, pues son cuatro los que salen y cuatro los que entran.


La verdad, he sabido que ya casi nadie quiere ser comisario. Al menos en mi pueblo solo una planilla se presentó, de manera que ni votación hubo. Quienes se presentaron temprano, dizque a votar, simplemente se instalaron como asamblea y decidieron que las cuatro personas que se registraron ante Gobernación, quedaran asignadas. Inclusive, algunas personas me visitaron para invitarme a participar en la planilla, que porque no completaban el número requerido. Sinceramente, me negué; no porque no quisiera trabajar por mi comunidad, sino porque tengo proyectos como escritor y creo que quedaría mal; además, para nadie es un secreto sobre las condiciones y circunstancias que tienen que enfrentar las autoridades, relacionadas con la inseguridad.


Entonces, quienes aceptaron el reto y han sido ya nombrados oficialmente como autoridades de El Tomatal, merecen mi reconocimiento y mi respeto; por supuesto, si en algo puedo ayudar, con gusto lo haré, si me lo solicitan.


Gracias: Marco Antonio Rosales Piedragil, Adriel Elizabeth Martínez Marquina, Ma. Eluzay Delgado Marquina y David Porras Ortiz, por aceptar entrarle al ruedo e intentar hacer algo por El Tomatal. De paso, agradezco también a la Sra. Mirna Cristóbal Martínez quien fue la última comisaria del equipo saliente y, al mismo tiempo, la felicito, ya que por la cercanía vecinal que tenemos, me di cuenta de que ella, apoyada por sus hijas, puso todo su empeño por cumplir esta responsabilidad.


Pero, creo, es oportuno reflexionar sobre el trabajo de un comisario o delegado. Generalmente, estos funcionarios buscan apoyo para su comunidad y pues, bueno, una obrita por aquí, algo de dinero para las fiestas y ya, se tiene contenta a la gente; sin embargo, es bueno reflexionar sobre lo verdaderamente importante que debe ser la función de un representante popular para que organice, planee y ejecute, junto con su equipo de trabajo, acciones que realmente impacten en beneficio de la comunidad, de toda la comunidad…


Ya lo he comentado en otras ocasiones y no me cansaré de repetirlo: hacen falta otras cosas más importantes que las obras materiales. Es necesario fijar la atención en los reclamos de los niños y jóvenes, sobre todo, para que haya más desarrollo en el deporte, en las artes, en los oficios… No basta un torneo veraniego; el deporte y la ejercitación tienen que ser constantes y permanentes. Debe haber instructores de futbol, basquetbol, volibol y atletismo, al menos. También se deben implementar cursos y talleres de guitarra, de ajedrez, de canto, de teatro, de pintura, de danza folclórica, de manualidades, de redacción, de declamación, etc.


¿Se imagina que en cada colonia y en cada pueblo se desarrollaran proyectos que involucren a la gente en estas dinámicas para que, en sus ratos libres, aprendan a cantar, a pintar, a escribir cuentos o poesía? Al finalizar cada curso se podría montar una exposición o presentar un recital para mostrar los logros obtenidos.


Claro que hay que pensar en los recursos materiales, económicos y humanos. Con voluntad, todo se resuelve. Los gobiernos federal, estatal y municipal, lanzan convocatorias para presentar proyectos; pero, al final, si la instancia oficial no orienta de manera oportuna estas iniciativas, entonces, las autoridades de las mismas colonias y de los pueblos pueden invitar a los que saben para que sean instructores. En cada lugar siempre habrá un espacio que se puede aprovechar. Si la comunidad se une, cada quien puede aportar un mueble, pintura, papel, lápices, lo necesario para empezar y después se pueden organizar rifas o kermeses para obtener fondos que sirvan para la adquisición de lo que se necesite.
Pero, bueno, todo esto son solo reflexiones; porque comisarios entran y salen y solo cumplen con gestionar alguna obra y organizar las fiestas del pueblo, y se olvidan de acciones elementales para el crecimiento y desarrollo armónico de los individuos.

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