-¡¡Fiesta auténticamente igualteca!!

Por: Rafael Domínguez Rueda

HOY, 4 de octubre, es un día especial para la sociedad igualteca, pues se celebra una de las tradiciones de mayor arraigo popular como lo es la festividad del Día del Santo Patrono de la ciudad, “el varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís”, que inmortalizó el gran Rubén Darío en el poema “Los motivos del lobo”, para dar una gran lección de moralidad a la humanidad; pero, también en esta fecha se conmemora la fundación de la Ciudad y por esos dos motivos se realiza el Festival Franciscano, ahora conocido como Festival Yohuala.

En efecto, Iguala está de fiesta por ese triple motivo: celebrar el Día del Santo Patrono, conmemorar un aniversario más de la fundación de la Ciudad y llevar a cabo la 29 edición del Festival Cultural Yohuala.

Aún cuando envejece y a pesar de que pasa por una crisis de identidad, Iguala se muestra radiante con la mejor cara de su gente positiva y optimista para dar la bienvenida a los visitantes y servir de cobijo a sus habitantes.

De seguro, dos mil años antes de nuestra Era, ya había pobladores en este Valle. Conocemos algo sobre los pobladores antiguos gracias a los descubrimientos de los arqueólogos que usan rigurosos métodos científicos para excavar, escudriñar, desenterrar nuestra historia.

Especialista del INAH, en 1965, con motivo de la construcción del mercadito de zona, al realizar excavaciones encontró una osamenta antigua y que efectuados los estudios correspondientes, resultó datar de mil 800 años antes de nuestra Era.

Los chontales, una tribu procedente del territorio tarasco, llegaron a estas tierras a convivir con los chichimecas, asentándose en el lugar conocido como Pueblo Viejo en el año 752 de nuestra Era, según consigna Constantino Rábago,

Fue en 1526, cuando a petición del encomendero Francisco Flores, el alarife Alonso García ejecutó la traza del nuevo pueblo de Yguala en la llanura.

En 1720, cuando el arzobispo de México, José de Lanziego y Eguiluz confirmó canónicamente la titularidad de san Francisco de Asís como Patrono de esta ciudad. Los pobladores “le demostraron sus parabienes al distinguido visitante obsequiándole sus primicias”.

Años después, el párroco de Iguala, en una carta que envía al arzobispo, le informa: “Cada 4 de octubre los feligreses manifiestan su fe acudiendo al templo a entregar sus primicias, saliendo de sus negocios con música y danzas, bailando como locos, cada uno en el ramo de su actividad”.

Los testimonios son varios. Jesús Lavín, cronista de fines del siglo XIX y principios del XX, narra: “En la calle de Abasolo se reunía un grupo de músicos para ensayar, ya que participaban en el desfile del “Día de los locos”, ya que el desfile chusco es una de las tradiciones más antiguas”.

De esa manera tuvo su origen el “desfile chusco”, conocido como el “Día de los locos” y en el que se daban a conocer en forma presencial las artes y oficios a que se dedicaban los artesanos. En el desfile de aquellos carros alegóricos, los herreros con su yunque mostraban la forja de metales; los panaderos iban elaborando piezas que colocaban en el horno; el sombrerero iba tejiendo con palma un sombrero; los carniceros iban desmenuzando la res hábilmente con unos cuchillos, desde luego la carne y la longaniza aparecía colgada de ganchos… figuraban grupos musicales, así como organizaciones civiles y asociaciones religiosas presentando cuadros plásticos de la fundación de la ciudad, de pasajes de san Francisco de Asís y de las danzas autóctonas. Pero, además, los artesanos hacían pintoresco este desfile al agregar movimientos y acciones chuscas que hacían reír al público. Los herreros, panaderos, sombrereros, carniceros, iban regalando sus productos en miniatura a la gente que presenciaba el contingente.

Este desfile, con la participación de los alumnos de la recién creada escuela de Agricultura, en 1976 se empezó a desvirtuar y ya a mediados de la década de los 90´s se degeneró con gente impúdica y desvergonzada que sin ningún recato mostraba sus debilidades. Ya en este siglo casi perdió su esencia al dar paso a que tanto los carros como los contingentes, sólo hagan publicidad de sus negocios.

Por lo demás, esta fiesta auténticamente igualteca, en esta ocasión, en este 2023, por encargo del señor Presidente municipal, la Secretaría de Turismo y Economía y la Dirección de Cultura, con el apoyo del Consejo de la Cultura y un sinnúmero de organizaciones y ciudadanos, así como la invaluable aportación del Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, tratará de retomar su esencia para que la volvamos a recordar y a tratar de vivirla intensamente con nuestras familias y seres queridos, porque forma parte de nuestras raíces, nuestra idiosincrasia y por todo lo que de una u otra manera nos identifica como hijos legítimos de esta tierra sagrada que nos vio nacer y a la cual egresaremos algún día a reposar en el descanso eterno pagando nuestro tributo a la madre naturaleza.

Las calles de la ciudad, la Explanada de las Tres Garantías y el Museo de la Bandera se engalanarán con las diversas actividades que se han programado por esta tripe celebración a la que le da vida el Festival Yohuala, un Festival en que se vive la fiesta del espíritu al animar todos los días las calles y escenarios de la ciudad, proyectando al mundo el alma cultural de Iguala.

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