Por: Edelmiro Castro Sedano

“Andrés Manuel López Obrador es hombre de muchas palabras, pero de pocas letras.” Catón.

Curiosamente AMLO hizo crecer o descubrió la capacidad de respuesta, políticamente, a la senadora Xóchitl Gálvez con sus acusaciones, señalamientos absurdos e ilegales, como lo acostumbra impunemente en sus mañaneras sabiendo que sólo él es capaz de hacer señalamientos con o sin sustento legal sabiendo que en las encerronas matutinas sólo él decide quien entra a ellas y quien no, aunque tenga, como es el caso de Xóchitl Gálvez, derecho de réplica y autorización de un juez.

Xóchitl Gálvez es originaria del estado de Hidalgo, del Valle del Mezquital, ha ocupado varios cargos públicos con un buen desempeño, actualmente es senadora de la república.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha violado los principios básicos de decencia, al intentar denigrarla aún sabiendo que él mismo la invitó a colaborar en su gabinete. Es indigno, ruin, usar su investidura y poder para obtener información clasificada como secreta para exhibirla y señalar que la senadora ha obtenido préstamos del gobierno federal.

El Nerón de Macuspana está rumiando de coraje al ver que las corcholatas señaladas por el dedo presidencial no levantan y ya empiezan a darse con la cubeta entre ellas mismas, como Ebrard con Claudia.

Ahora, como están las cosas, corresponde a todos los partidos políticos y a las fuerzas democráticas proteger y cuidar a la senadora Xóchitl Gálvez de un posible atentado en su contra pues se juegan fuertes y enormes intereses que la imaginación de una persona normal no alcanza a percibir máxime que el bufón de palacio siente que no trascenderá como lo piensa.

La historia de nuestro México tiene páginas negras como los asesinatos de Huitzilac como sólo una muestra, o como el accidente de Maquío, o el accidente del avión en que viajaba Carlos Madrazo, o Juan Camilo Mouriño en un avionazo para variar. No debe descartarse ninguna posibilidad.

El caudillo con vocación de dictador ataca y se ha ensañado con la senadora Xóchitl se ha esforzado en su discurso violento, violatorio de la Constitución y de la más elemental decencia política y defenderla no se trata del bien de una persona, sino del bien de México.