Por: Alejandro Gómez Sotelo


Taxco, Guerrero Junio 20.- Aún y cuando la obra de rehabilitación del Centro Cultural Taxco “Casa Borda” fue terminada y entregada hace siete meses, el inmueble histórico sigue cerrado, vacío, abandonado, con señas de deterioro y colocación de clavos metálicos en la pared trasera para colocar artesanías, en tanto que un policía “con palo de escoba en mano” se encarga de espantar a los caninos para que no se orinen sobre los muros, denunció el cronista de la ciudad, Wilfrido Martínez Loza.

Consideró irónico que la restauración del recinto cultural haya tenido una duración de un año y para la cual se destinaron recursos públicos provenientes de los impuestos ciudadanos, para que ahora la administración estatal y la Secretaría de Cultura de Guerrero (Secultura) hagan caso omiso del cuidado del inmueble, no valoren el deterioro y por capricho resten importancia al mantenimiento adecuado, “Casa Borda está cerrada y ya muestra nuevamente señales de afectaciones”.

Martínez Loza, puso como ejemplo las perforaciones realizadas en la pared de la parte sur del emblemático recinto que colinda con la “Plazuela de Bernal, donde se han colocado muchos clavos metálicos para poner a la venta productos elaborados con palma y pesadas artesanías de barro, lo que ha propiciado un deterioro de los muros recién rehabilitados con dinero del pueblo mexicano, guerrerense y taxqueño, “existe un derecho al comercio, pero también una reglamentación”.


Puntualizó que “Casa Borda” es patrimonio cultural y forma parte de la historia de Taxco y aunque el inmueble fue expropiado por el gobierno estatal a través de un decreto, las actuales autoridades guerrerenses y de la Secultura no le han dado el destino correspondiente e ignoran los elementos por los cuales paso a manos del estado, aunado al nulo mantenimiento y trabajos de conservación que representan un grave peligro de convertirse en algo inservible o de perderse totalmente.


El historiador sostuvo que el decreto de expropiación del recinto cultural emitido por el entonces gobernador, Rubén Figueroa Figueroa, es muy claro, donde manifiesta que la medida fue por causa de utilidad pública y con el respaldo de diversos sectores de la población como sindicatos, uniones, asociaciones, clubes de servicio y agrupaciones y, por lo tanto, la autoridad es garante de conducir correctamente el uso y destino del edificio, pero por capricho no asumen su responsabilidad.


Wilfrido Martínez Loza, reprochó que el gobierno estatal no entienda la importancia histórica de Casa Borda para el pueblo de Taxco y el sentido de pertenencia como parte de su patrimonio cultural, por lo que planteó que, ante el abandono, deterioro y olvido del inmueble, éste sea entregado al municipio, a los taxqueños o bien regresado a la iglesia católica como legítimos propietarios, para otorgarle el uso correspondiente.

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