Este artículo se propone desglosar el concepto de tasa preferencial de manera exhaustiva, ofreciendo una visión clara de su naturaleza, los factores que influyen en su determinación y los perfiles de los individuos y entidades que son elegibles para beneficiarse de ellas. Entender este mecanismo financiero es crucial no solo para ahorrar dinero, sino también para tomar decisiones informadas que optimicen la gestión de nuestras finanzas personales y empresariales.

En el complejo mundo de las finanzas, donde cada punto porcentual puede significar una diferencia sustancial en el costo total de un préstamo, inversión o línea de crédito, el concepto de «tasa preferencial» emerge como un faro de oportunidad para muchos.

A menudo, esta frase se escucha en el contexto de productos financieros como hipotecas, créditos personales, líneas de crédito empresariales y, de manera muy relevante, en las tarjetas de crédito. Sin embargo, más allá de la percepción de un beneficio evidente, ¿qué implica realmente una tasa preferencial? ¿Cómo se diferencia de las tasas de interés estándar? Y, quizás lo más importante para el consumidor o la empresa, ¿quién puede acceder a ellas y bajo qué condiciones?

A medida que avancemos, exploraremos los diversos escenarios en los que estas tasas se aplican y las estrategias que se pueden emplear para mejorar la probabilidad de ser considerado un candidato preferencial por las instituciones financieras.

Definiendo la tasa preferencial: Más allá del bajo interés

Para comprender a fondo el significado de una tasa preferencial, es esencial contrastarla con las tasas de interés «estándar» o «públicas» que comúnmente se anuncian.

¿Qué es una tasa preferencial?

En esencia, es una tasa de interés que una institución financiera (banco, cooperativa de crédito, etc.) ofrece a un cliente o segmento de clientes que considera de bajo riesgo o de alto valor estratégico.

Por este motivo, es una tasa inferior a la que se aplicaría a un prestatario promedio con un perfil de riesgo estándar. Esta reducción en la tasa de interés se traduce directamente en un menor costo de financiación para el prestatario, ya sea en términos de pagos mensuales más bajos o un menor monto total a devolver a lo largo de la vida del crédito.

La lógica detrás de ofrecer tasas preferenciales radica en la gestión del riesgo. Para una entidad financiera, prestar dinero siempre implica un riesgo de impago, pero, un prestatario que demuestra una alta capacidad de pago, una excelente historia crediticia y una estabilidad financiera notable representa un riesgo menor.

Entonces, al reducir la tasa de interés para estos clientes, la institución financiera busca incentivar la solicitud de sus productos, construir relaciones a largo plazo y asegurar un retorno confiable, aunque ligeramente menor por cada operación individual, a cambio de una mayor seguridad en la recuperación del capital.

Diferencia con la tasa de referencia, la tasa nominal y la tasa efectiva

Es importante no confundir la tasa preferencial con otros conceptos de tasas de interés:

  • Tasa de referencia: En muchos países, los bancos centrales establecen una tasa de referencia (como la tasa de política monetaria en Argentina o la tasa de fondos federales en EE. UU.) que sirve como base para las tasas que los bancos comerciales se prestan entre sí.

La tasa preferencial que un banco ofrece a sus clientes es inferior a las tasas comerciales promedio, pero aún está influenciada por la tasa de referencia general del mercado. Una tasa preferencial no es la tasa de referencia del banco central, sino una tasa específica ofrecida al cliente.

  • Tasa nominal (TNA): La Tasa Nominal Anual (TNA) es el porcentaje de interés que se cobra o paga por un capital en un período de un año, sin capitalización de intereses. Cuando se habla de una tasa preferencial, lo fundamental es que, en cualquiera de sus formas, será más baja que la tasa estándar ofrecida a un cliente promedio para el mismo tipo de producto financiero.
  • Tasa efectiva anual (TEA): Por otro lado, esta tasa incluye el efecto de la capitalización de intereses, es decir, los intereses generados también producen intereses. El beneficio real para el prestatario se mide mejor a través de la TEA, ya que refleja el costo total anual del financiamiento.

Factores determinantes: ¿Por qué se ofrece una tasa preferencial?

Las instituciones financieras no otorgan tasas preferenciales al azar, sino, que existe un conjunto de criterios rigurosos que evalúan para determinar la elegibilidad de un cliente.

Estos criterios se centran principalmente en la capacidad y la voluntad de pago del prestatario.

Historial crediticio impecable y puntaje de crédito elevado

El factor más influyente en la obtención de una tasa preferencial es un impecable historial crediticio. Esto significa que el solicitante ha demostrado consistentemente su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras a tiempo y en su totalidad. Un historial de pagos puntuales en préstamos anteriores, hipotecas, líneas de crédito y, por supuesto, en el uso de una tarjeta de crédito, es fundamental. Las demoras en los pagos, los incumplimientos o las quiebras previas son señales de alerta que automáticamente descalificarán a un candidato para una tasa preferencial.

De la mano del historial, está el puntaje de crédito o también denominado score crediticio. Este número es generado por agencias de información crediticia y resume la solvencia de un individuo o empresa en una sola cifra. Un puntaje alto (generalmente por encima de cierto umbral, que varía según el país y la agencia) indica un bajo riesgo de impago. Los bancos utilizan estos puntajes como una herramienta rápida y eficiente para evaluar la idoneidad de un solicitante. Los clientes con puntajes de crédito excepcionales son los principales candidatos para acceder a las tasas más bajas del mercado.

Estabilidad financiera y relación con la institución financiera

Otro elemento crucial en el área financiera es la estabilidad y esta se manifiesta en varios aspectos:

  • Ingresos consistentes y elevados: Un flujo de ingresos estable y suficiente para cubrir cómodamente las obligaciones financieras, incluso después de considerar el nuevo crédito, es un indicador clave de solvencia. Los prestatarios con ingresos predecibles y un historial laboral o empresarial sólido son percibidos como menos riesgosos. Para empresas, esto se traduce en un flujo de caja positivo y estados financieros robustos.
  • Bajo nivel de endeudamiento actual: Aunque tener un historial crediticio es bueno, un endeudamiento excesivo en relación con los ingresos (relación deuda/ingreso) puede ser una señal de alarma. Los bancos prefieren otorgar tasas preferenciales a quienes no están sobreendeudados, ya que esto reduce la presión sobre sus finanzas y la probabilidad de incumplimiento.
  • Relación duradera con la institución: A menudo, los bancos recompensan la lealtad. Un cliente que ha mantenido cuentas (ahorro, corriente), inversiones o ha tomado otros productos con la misma institución durante un período prolongado y ha demostrado un comportamiento financiero responsable, puede ser elegible para tasas preferenciales. El banco ya tiene un historial de su comportamiento y confía en su solvencia. Ser un cliente «premium» o tener un volumen significativo de negocios con el banco puede abrir la puerta a estas condiciones especiales.