Por: José Eduardo Cruz Carbajal


Iguala, Guerrero, Enero 20.- La homosexualidad, orientación sexual que genera una gran pérdida para quienes descubren que sienten atracción por el mismo sexo, entre algunas pérdidas podría mencionar las siguientes: La confianza de su núcleo familiar, los bienes materiales que pudieran poseer, sean estos muchos o pocos, el respeto con el que deben ser tratados por parte de los demás, si practican alguna fe, son tenidos por mentirosos, muy pocos saben de su secreta lucha entre lo que creen con devoción y lo que sienten, me atrevo a decir que pierden la vida entera, la vida se convierte en una lucha, aun para conseguir las cosas más pequeñas.

Ser homosexual en algunos casos, es sinónimo de estar muerto en vida, es condenarse a una espantosa soledad que parece asechar como un verdugo, lo que parece que algunos no pueden entender es lo siguiente: La orientación sexual es un descubrimiento, no una elección, no estoy diciendo que es asunto genético, ya que carezco de los elementos para sostener tal afirmación, sin embargo, una cosa es verdad: La homosexualidad sucede, así como también hay muchas personas homosexuales que jamás experimentaran su sexualidad, ya que sus sentimientos son contrarios a sus convicciones familiares o de fe, pero aun optando por el celibato, al ser descubiertos lo pierden todo, perdiéndose a sí mismos también.

Un tanatólogo es la persona ideal para acompañar a una persona homosexual, no solamente a asumir el duelo a consecuencia de la muerte social a la que se enfrenta, sino también, para ayudarle a replantear su proyecto de vida y así poder alcanzar nuevos objetivos, puede equiparlo para enfrentar la discriminación que podría enfrentar en algún momento, brindarle fortaleza para compartir con los suyos la verdad sobre su sexualidad si así desea hacerlo, y sobre todo, ayudándole a descubrir que su esencia es la misma, que sus valores centrales y su fe, si es que la tiene, no han cambiado.

Asimismo, la Tanatología puede ayudar a quienes están cerca de alguien homosexual, ayudándoles a elaborar el duelo por las expectativas que se tenían sobre el ser querido con orientación sexual distinta a la esperada, renunciando a la persona ideal, para así abrazar a la persona real, llegando a una aceptación genuina, la cual, no significa un agrado por la situación existente, sino renunciar a la pelea con la realidad que se vive, ya que la vida no siempre tendrá todas las respuestas, algunas cosas siempre estarán en la gama de los claro-oscuro.

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala), es psicólogo y maestro en Tanatología.

Referencias:

Campolo T, y Campolo, B. (2018). Por qué me fui, por qué me quedé. Harper Collins Español: Estados Unidos de América.

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