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Ciudad de México, Agosto 21.- ¿Sueñas cada noche? O por el contrario, ¿eres de aquellas personas que rara vez recuerda un sueño? Sea cual sea tu caso, asumiendo una noche de 7 a 9 horas de descanso, todas las personas pasamos por entre 3 y 6 sueños cada noche. Estos sueños son una suerte de películas que forma nuestro cerebro con experiencias próximas o lejanas en las que o somos los protagonistas. Ahora bien, aunque en la mayoría de las ocasiones sólo nos dejamos llevar por las circunstancias, ya que no distinguimos el sueño de la realidad, puede que en el propio sueño algo nos resulte extraño.


Quizá es un comportamiento de alguno de los personajes, una pieza del paisaje que no debería estar ahí, o agujeros en el guion que ha montado nuestra cabeza. En esos momentos, cuando notamos que estamos soñando tenemos la oportunidad de vivir una experiencia mágica. Un sueño lúcido en el que somos directores y protagonistas de nuestra historia.


Durante un sueño lúcido podemos influir en lo que ocurre en el sueño y guiarlo para crear experiencias de lo más placenteras. Desde vivir un atardecer en lo alto de la Torre Eiffel con vistas a una playa caribeña con nuestros seres queridos, hasta vivir aventuras espaciales con nuestra mascota. Como indica Benjamin Baird, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Texas. «Es como tener tu propia forma de realidad virtual». Sólo que, en un sueño lúcido, en vez de unos parámetros computacionales concretos, el límite es, literalmente, la imaginación.


NUNCA HE TENIDO UN SUEÑO LÚCIDO ¿PUEDO TENER UNO?


Si nunca has experimentado un sueño lúcido puedes realizar un pequeño entrenamiento para facilitar que sucedan. Según expertos, como Remington Mallet, neurocientífico del Centro de Investigación Avanzada en Medicina del Sueño de la Universidad de Montreal, el primer paso es tratar de recordar los sueños que tengamos durante la semana. Para ello, se puede comenzar un diario de sueños, es decir una libreta donde, cada mañana que soñemos, anotemos con la mayor precisión posible todo lo que recordemos del sueño. De este modo, entrenaremos a nuestro cerebro a recordar los sueños de forma cada vez más vívida.


Una vez recordemos los sueños prácticamente cada mañana, tendremos más oportunidades de que ocurran los sueños lúcidos y, aplicando unas técnicas durante el día, podremos ser conscientes de si estamos despiertos o dormidos. Así, maximizaremos la posibilidad de vivir uno.


CÓMO LOGRAR SUEÑOS LÚCIDOS


Como indica este estudio publicado en el Journal of Neuroscience and Neuropharmacology, una de las mejores técnicas para lograr sueños lúcidos es, durante el día, a intervalos regulares, dejar lo que estemos haciendo y preguntarnos si estamos dormidos. En el estudio, dividieron a 33 mujeres voluntarias en 3 grupos. Primero, a todas se les dijo que llevasen un diario de sueños durante los 10 días de duración, y que pusiesen una alarma cada dos horas que les indicase que tenían que comprobar si estaban dormidas. No hacía falta que fuese una alarma sonora, sino que con una vibración bastaba. En ese momento, tenían que parar un segundo y pensar: ¿Estoy viviendo un sueño o es la realidad?


En un grupo se les indicó que debían mirar un espejo para comprobar la realidad, ya que en los sueños los reflejos no suelen ser muy acertados. Por tanto, si veían una imagen borrosa de su cara, o directamente cualquier forma extraña o nada, sabían que estaban soñando.


Al segundo grupo se les indicó que se acercasen a un objeto sólido y comprobasen que cumple las leyes físicas. Por ejemplo, empujar contra un muro, o tratar de levantar algo pesado. Si podían atravesar o deformar la pared, o levantar cualquier cosa sin gran esfuerzo, sabrían que estaban soñando.
Y, por último, al tercer grupo se les dijo que, cada vez que sonara la alarma, mirasen sus propias manos. En los sueños, las manos pueden aparecer desproporcionadas o no parecerse a las que estamos habituados. En este caso, a las voluntarias se les indicó que se fijasen especialmente en el color de su esmaltado. Si variaba, era porque estaban soñando.


De los tres grupos, el que más sueños lúcidos tuvo durante los 10 días que duró el experimento fue el tercero, con 14 sueños lúcidos entre sus 11 participantes (la primera técnica sólo logró 5 y la segunda 8). Además, las participantes indicaron que las alarmas no suponían un trastorno en su vida diaria, y que podían llevar a cabo las actividades habituales con total normalidad. Por ello, si estás tratando de lograr sueños lúcidos, esta es una buena forma de lograrlo.