Feminismo y literatura
Por: José I. Delgado Bahena
En Iguala, iniciado por la promotora cultural Maricarmen Castro, ha surgido un movimiento dirigido a incentivar a las mujeres, prioritariamente, hacia el ejercicio de la lectura de libros que sean el vínculo para acercarse a la circunferencia de un círculo que se pensara cerrado: el del gusto por la lectura.
De origen, pareciera más un movimiento que tiene la finalidad de aglutinar a mujeres, en un sentido práctico de organización, que abre sus puertas solo a féminas adolescentes y adultas; sin embargo, se ha establecido también la posibilidad de que participen igualmente hombres con las mismas oportunidades para compartir sus experiencias lectoras.
De entrada, LA INICIATIVA ES EXCELENTE. Para todos es sabido que la tecnología: tablets, computadoras, celulares, ha afectado el gusto de la lectura a través de los textos impresos. Se cree, pues, que, como ya todo está en Internet, el uso de los libros es obsoleto. Entonces, el que haya personas que muestren, sin otros fines, que leer es el mejor pretexto para acercarse, reunirse, reflexionar y decidir desde otros puntos de vista, la manera en que tratan de hacerse de las herramientas que les provean de cultura, siempre será motivo de alegría, MÁS PARA QUIENES NOS DEDICAMOS A ESCRIBIR.
No olvidemos que el feminismo se ve reflejado en la literatura a partir de una reflexión sobre el rol de la mujer en la sociedad, y también a través del malestar que experimenta LA MUJER QUE ESCRIBE, es decir, sobre las dificultades de encontrar una voz propia, dentro de un mundo, el de la literatura, tradicionalmente reservado al sexo masculino, en el que la mujer es objeto pero nunca sujeto de su propia expresión; desafortunadamente, en esta evolución, las mujeres se han topado ante una sociedad sexista que las segrega.
Por eso, abrir los ojos y descubrir las opciones de ser, y de hacerse, de forma independiente de conceptos machistas que les limiten, no queda más que apoyar a quienes se atreven a levantar el dedo para decir: YO TOMO EL RIESGO.
En la publicación, que se da a conocer en los medios, las caras, los ojos, las voces de quienes aceptaron la invitación, proyectan orgullo, emoción, alegría, interés, incluso necesidad de estar ahí, porque la cultura, y los libros, es de todos.
Por supuesto, ha habido otros intentos de crear clubes de lectura. NINGUNO HA SUPERADO LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA, ni las perspectivas individualistas que rompen con los propósitos colectivos. Algunos esfuerzos escolares, como el de la maestra Martha Mazón Parra, en Bachilleres, o “Letrópolis”, el círculo de lectura del CBTis que comanda la maestra Lupita, o el taller de escritura que imparte el profesor Hermes Castañeda en la Prepa 10, son, apenas, destellos que iluminan la oscuridad por la que transitan los textos impresos, pero que siguen estando encerrados en la estancia escolar y, seguramente, poco impactan en las familias o en los círculos sociales de quienes, mientras están en la escuela, participan.
Por eso, hay que agradecer cuando se enciende una lámpara con la magia de la palabra que posibilita el reencuentro, no con las líneas, las historias, los poemas o las aventuras de otros, sino con el de ellas mismas, para saber que están ahí con el pecho erguido y la frente en alto para enaltecer la calidad de humano que aún se tiene.
Entonces, en armonía con esta iniciativa, la verdad, mucho me gustaría que continuara siendo solo de mujeres; es importante que hallen su propia voz en la de otras que se juntan, no para hablar de los maridos, ni de modas, sino para hacerse valer en un ámbito donde, si se incluyen hombres, podría enturbiarse, subliminalmente, el concepto original.
Por lo pronto, de la librería de préstamo gratuito que tengo en Tomatal, he puesto a disposición algunos títulos que pertenecen al acervo de las donaciones que he recibido. Entre ellos, están: “Violencia contra la mujer en México”, de Teresa Fernández de Juan; “Tu embarazo”, de Víctor Gantus Meray; “Mi nombre es Eva”, de Eladia González; “Las yeguas finas”, de Guadalupe Loaeza; “El amante extremadamente puntilloso”, de Alberto Manguel; “¡Mujer, lucha por tu ser!”, de Alfonso Lara Castilla; “¡Quiero esos zapatos!”, de Paola Jacobbi; “Nosotras también tiramos a gol”, de Esther López Portillo.
¿Te gustaría integrarte? Contacta a Maricarmen Castro por Facebook.