SECTOR 7

May 25, 2024

La calidad humana

Por: José I. Delgado Bahena

¡Vaya!, a una semana de que se lleven a cabo las elecciones en nuestro país, proceso que, dicen los que saben, es el de mayor importancia en nuestra historia democrática, las acusaciones, las pedradas, las burlas e incluso las mentadas de madre, están a la orden del día.
Sinceramente, creo que se ha perdido, desde hace tiempo, el respeto hacia los demás seres humanos, solamente porque se participa en algún movimiento político, o porque se apoya a tal o cual candidato, o candidata.
Pero no nos hagamos tontos. Todos van por dos cosas: por el recurso económico que podrán administrar a su antojo, y por el poder.
Fíjese bien que no dije “robarse el recurso”, aunque seguramente no faltarán los interesados en llevarse un botín que de alguna manera puedan guardar en su bolsillo. En cualquier cargo de elección hay dinero que, quien lo recibe, puede decidir qué utilidad le habrá de dar. Por supuesto, se espera que lo oriente en beneficio de la ciudadanía, ya sea en obras materiales o programas sociales.
Sin embargo, se habla tanto, y se dice tanto, de unos como de otros: de los rojos, los amarillos, los azules, los naranjas y los morados, que con los trapos que sacan al sol podrían llenarse varios tendederos. Aunque, a decir verdad, tampoco hay que creer todo lo que se publica o se dice, sobre todo en la redes sociales. En muchos de los casos, se advierte claramente que están editadas las conversaciones, las imágenes, los videos. Es la guerra sucia de la política, pues. Lo malo es que hay gente manipulable que se cree todo lo que en la tele dicen y lo repite con el convencimiento de que es malo solo porque ahí lo dijeron.
Por ejemplo: vi una serie de entrevistas que alguien hizo a algunas personas que asistieron a la concentración del domingo 19 en el zócalo, y a una señora le preguntaron que por qué estaba en esa manifestación; la señora respondió: “Porque López Obrador quiere que México sea socialista y yo no estoy de acuerdo”. El mismo entrevistador le preguntó si sabía qué era el socialismo, la persona respondió que no, pero no quería que sus hijos y sus nietos vivieran en un país socialista.
Ahora bien, como dije al principio: se han perdido las mejores formas de acusar o denunciar a los personajes de la política. Ese es el asunto.
He visto las transmisiones de las cámaras de diputados y senadores y se ofenden abierta y directamente, sin límites, sin restricciones de palabras, y se nota un cierto odio hacia las personas de enfrente solo porque no piensan igual y están en diferentes partidos. Y todo esto se transmite a la ciudadanía. En las publicaciones de Facebook se insulta sin medida a los simpatizantes de los otros partidos, olvidándose que todos somos mexicanos y que podremos no estar de acuerdo en la visión de país que queremos pero, al final, estamos en el mismo barco y, si se hunde, nos hundiremos todos.
Lamentablemente, a pesar de que sigo creyendo que el presidente llegó con buenas intenciones al poder, creo que su gente cercana le ha fallado y él mismo se ha equivocado al generar el divisionismo desde sus conferencias. A pocos meses de terminar su sexenio, no ha logrado colocarse bien su investidura y entender que es el mandatario de todos los mexicanos y que debe tratar con respeto incluso a los que llama conservadores, fifís y oposición. Aunque lo sean, debió buscar la reconciliación, cerrar heridas, respetar las diferencias, conciliar; pero, al contrario, se dedicó a envenenar el ambiente y el resultado es la falta de armonía que, de por sí, se venía sembrando desde anteriores administraciones.
Ojalá que, quien gane entre Claudia y Xóchitl, al menos por ser mujer, sea más sensible a esta parte de la convivencia humana y tienda los puentes que nos conduzcan a aceptar la voluntad del pueblo y a unirnos para jalar parejo en la búsqueda de soluciones para tantos problemas que hay en nuestro querido México. Sé que suena bonito y, la verdad, lo dudo, pero, de corazón, lo deseo.
Ya no hay espacio, pero lo mismo pasa en el futbol. Bueno, yo le voy al América y deseo que mañana sea campeón. Por favor no me insulte. Gracias.

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