Por las calles del no olvido
Por: José I. Delgado Bahena
El próximo miércoles, 27 de diciembre, a las 6 de la tarde, estaremos presentando, en la cancha municipal de mi pueblo: El Tomatal, mi más reciente libro: “Por las calles del no olvido”, que, bajo el sello de Editorial Anaya, he publicado con textos que hacen referencia a esta comunidad que me vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso.
Para no hablar bien, yo mismo, de mi obra, me permito compartirles el prólogo que mi amigo Juan Sánchez Andraka me hizo el favor de escribir.
“Un día me dijo mi padre: “Si no tienes nada qué decir, mejor no escribas. Y si escribes, no lo hagas para agradar, sino para decir lo que sientes y lo que piensas.”
Esas palabras quedaron grabadas en mi corazón y marcaron el rumbo de mi literatura. Jamás he escrito para quedar bien, solo lo he hecho para registrar lo que mis ojos ven y lo que mueve a mis pensamientos. Por eso, con alegría me bebí este libro que mi amigo José I. Delgado Bahena me pidió que leyera y le dedicara unas palabras.
Desde que conocí a José, me di cuenta de que le interesaba mucho hablar de la vida. Al leer sus otras novelas, sobre todo “La noche de las cabras” y “Cuacuana”, entendí que él amaba a su tierra, a su gente, a sus orígenes, las tradiciones de su pueblo y su cultura; entonces, con emoción recibí estos textos en los que fui descubriendo la historia de una comunidad que ha dignificado su vida con esfuerzo, trabajo y alegría. El Tomatal es un pueblo muy fiestero, dice José, pero también muy unido y solidario; mas, yo agregaría que, también, muy sensible.
Las palabras, los poemas, los recuerdos que las personas de Tomatal les dedican a sus seres queridos que ya se han ido, están llenos de melancolía y sensibilidad. Con esta propuesta, mi amigo ha movido las fibras más íntimas de los seres humanos que habitan esta tierra del norte de nuestro estado, pero que bien podría reflejarse en muchos pueblos de Guerrero, y de México. Con esto, he confirmado que la conducta de los padres es factor de honra para los hijos. Los nombres de mis papás me abrieron la puerta en todos lados. Son el prestigio de los apellidos y de la familia los que marcan nuestra existencia. A todas partes, y durante toda la vida, llevamos el sello de nuestro origen.
Yo nací en Chilapa. Recuerdo que solamente en determinadas horas jugábamos en las calles de tierra suelta. En ellas jugábamos canicas, fut, beis, volábamos papalotes y hacíamos con cal el llamado “caballo” o “avión” que se brincaba. No había albercas. Había pozas en el río y en las barrancas. No circulaban carros. Estas añoranzas me trajeron los recuerdos del tío Ruperto de José que nos retrata al Tomatal de antaño, el que se recuerda con emoción, porque ahí están las huellas de los que pusieron las primeras piedras que fueron base de un pueblo que respeta y promueve sus tradiciones, sus costumbres, su gastronomía y los valores humanos.
“POR LAS CALLES DEL NO OLVIDO”, me hizo imaginarme al mundo así: Que las ciudades se despedacen en pequeños pueblos en los que no haya necesidad de carros. Que los habitantes de esos miles, millones de pequeños pueblos tengan identidad y conciencia de comunidad, es decir: que todos se consideren una familia. Que broten los manantiales, que corra el agua limpia, que se enciendan las luciérnagas y que los pájaros hagan alboroto en las tardes. Me imaginé a la gente comiendo lo que han cosechado. Durmiendo con tranquilidad y viviendo con paz y armonía. Que la gente vea y oiga la lluvia, que vea brotar las plantas, que vea la luna y las estrellas en la noche y que goce las flores silvestres.
Gracias, José I. Delgado Bahena, por escribir y recopilar estos textos que son un espejo donde encontré mi reflejo.”
Omeapa, Mpio. de Tixtla de Guerrero, Gro., noviembre de 2023.
Juan Sánchez Andraka
Les he compartido estas palabras tan emotivas que mi amigo Juan le dedica a mi obra, porque quiero invitarlos a la presentación que hemos organizado con mis compañeros y amigos de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, correspondiente a Iguala. Es un libro dedicado a mi pueblo y a su gente. Personas que se nos adelantaron, pero siguen presentes en nuestros corazones.
Miércoles 27 de diciembre, en Tomatal. Los esperamos.