Feliz aniversario
Por: José I. Delgado Bahena
¿Qué cree? El pasado 20 de este mes, cumplimos un año de haber inaugurado la librería de préstamo gratuito que, como iniciativa personal, puse en unos cuartos que mi madre me heredó en la comunidad donde nací: El Tomatal.
Para comenzar, dispuse de mi biblioteca personal, en la que tenía ejemplares de distintos autores y títulos que a lo largo de mi vida como lector fui reteniendo; porque muchos de los que leía los prestaba, los obsequiaba o los donaba a bibliotecas públicas.
Gabriel García Márquez, José Saramago, José Agustín, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Juan Sánchez Andraka, Isabel Allende, Ángeles Mastreta, Dan Brown, Charles Dickens, entre otros muchos, son autores que encabezaron la propuesta que ofrecí a los posibles lectores. Si advierte, no menciono a autores de literatura infantil, aunque sí tenía a algunos, como Gianni Rodari y Antonio de Saint Exupéry; sin embargo, al darme cuenta de que la mayoría de los interesados eran niños, me di a la tarea de comprar, en la Ciudad de México, algunos títulos para ellos.
Después, mientras la piedra de la noticia de mi librería rodaba por los caminos de la información, me fueron donando, algunas personas conocidas mías, muchos paquetes que incrementaron considerablemente el acervo con el que contaba.
Desde luego, hice la solicitud a la Secretaría de Cultura del Estado para que me donaran libros y la respuesta fue muy positiva.
No tengo los nombres de todos nuestros donadores, por eso no registro alguno, para no omitir injustamente a quienes de manera generosa nos han hecho llegar enciclopedias y colecciones que han apoyado en gran medida el proyecto.
De manera que, sin parecer exagerado, puedo decirles que ninguna persona que llegó, durante este año, buscando algún libro de algún tema en especial, se haya ido con las manos vacías.
Pero, como dije: son los niños los que principalmente nos visitan.
A ver: permítame hacer un cálculo. Creo que como el 60 por ciento de nuestros 254 lectores registrados son niños, tal vez como el 20 por ciento sean jóvenes y el otro veinte por ciento sean adultos. Por eso, de pronto, me parece que los libros para niños sean insuficientes, aunque en realidad tengamos una buena cantidad, algo así como doscientos libros infantiles. Solo que no todos los niños quieren leer todos los títulos; tienen sus preferencias, pues.
Lo malo es que hay lectores que solo en una ocasión han acudido a solicitar un libro, y se lo han quedado. Pues sí: estoy consciente de que ese es el riesgo al prestarlos sin más requisitos que su nombre y un número de teléfono.
El número de teléfono lo utilizo para estar en contacto a través de un grupo de WhatsApp en el que envío mensajes sobre el horario del día. Lo hago así ya que abro de acuerdo con mis posibilidades de tiempo, según mis compromisos.
Cuando un lector llega ´por primera vez, le elaboro su hoja de lector en la que vamos registrando el título, la fecha de salida y la fecha de entrega del libro que se lleva. Cuando el lector ha hecho siete visitas a la librería, le doy un reconocimiento en el que le felicito por ser lector constante, y cuando llena su hoja, que consta de quince espacios, le doy un obsequio que consiste en uno de mis libros, es decir: de los que yo he escrito.
La verdad, el grupo de Whats, lo componen un número de cien registros de teléfonos que ellos me han proporcionado; pero hay números que consideran a dos, tres o cuatro lectores, ya que se trata del número del papá o de la mamá de los hermanitos que acuden a la librería.
Antes de terminar, agradezco a mi amigo Bony Chávez, escritor tepecoacuilquense, que en su momento, el año pasado, me apoyó, para resanar paredes, pintar y acomodar los libros. De igual manera al Club Rotario Iguala, A.C., en especial a su presidente de ese entonces, el médico Francisco Mazón, que me hicieron el favor de donarme libreros que nos han sido muy útiles. Por supuesto, también a mis compañeros del arte y la cultura de Iguala que me han acompañado y apoyado en algunas actividades que hemos realizado en la librería.
Dios me permita tener más fuerza y paciencia para seguir con el proyecto y que podamos celebrar un segundo año de fomentar el gusto por la lectura.