El daño ecológico
Por: José I. Delgado Bahena
Ahora que estamos pasando por esta temporada de intensos calores en todo el mundo, debido, según sé, a distintos factores, entre otros: el sobrecalentamiento global y el fenómeno natural de la traslación de la Tierra durante el cual alcanza su mayor acercamiento al Sol. A este fenómeno se le conoce como perihelio. Esto ocurre debido a que la órbita de nuestro planeta no es perfectamente circular, sino más bien elíptica.
Entonces, al sufrir los efectos de estos fenómenos, se nos ocurren mil cosas, además de adquirir un aparato de aire acondicionado; pero rara vez pensamos en mejorar nuestros ecosistemas de alguna manera, ya sea plantando árboles o cuidando el agua.
Recordemos que en la ONU designaron el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente para destacar que la protección y la salud del medio ambiente es una cuestión importante, que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico y, sinceramente, no me enteré de grandes acciones que se hayan realizado para conmemorar tal fecha en nuestro municipio o en la región.
En Iguala, el Dr. Lázaro Mazón, desde hace varios años, ha llevado a cabo campañas de reforestación en diversas áreas y espacios públicos donde se lo permiten. En Taxco el Viejo, nuestros amigos de la Granja Didáctica “Dos Puertas”: el químico Agustín Pineda y la poeta Osvelia Álvarez, cada año realizan al menos dos festivales para reflexionar sobre la necesidad de cuidar la ecología y la conservación de los recursos naturales.
A propósito: mañana domingo, 25 de junio, en este lugar: la Granja Didáctica, se llevará a cabo una de esas actividades en las que habrá participaciones artísticas y propuestas ecológicas, organizadas por el señor Agustín y su esposa Osvelia. Me han hecho la invitación para que los acompañe y, por supuesto, ahí estaremos conviviendo con más gente que también se preocupa, y se ocupa, por la situación del medio ambiente en el mundo.
Curiosamente, a esta actividad le han denominado: Festival del Año Nuevo Ecológico; lo cual tienen que ver con la renovación del ciclo de la vida, ya que se considera que, al llegar las primeras lluvias, brotan las hierbas, los campesinos siembran, la tierra se alegra y se llena de verdor.
Desafortunadamente, cuando todo está planeado para que ocurra después del tercer aguacero, no ha llovido.
Yo creo que no tardan en sacar a los santos de las iglesias para que sientan el calor y hagan el milagro de la lluvia. Al menos en mi pueblo, El Tomatal, se hace, y la tradición registra la efectividad de la fe.
Creo que, además, le podemos ayudar a Diosito si hacemos: una excursión al campo, manualidades con materiales reciclados, ir a la escuela o al trabajo sin coche, ver cortos con valores medioambientales, leer cuentos y libros sobre el medio ambiente, limpiar un entorno natural, hacer un huerto o jardín urbano, etc, acciones que nos llevarán a valorar, a querer y a cuidar nuestros ecosistemas.
¿Qué más podemos hacer para cuidar el medio ambiente?
Algo muy importante: evitar quemar basura, hojas y otros objetos, así como hacer fogatas en bosques o en plena ciudad; además: regar las plantas durante la noche o muy temprano, cuando el Sol tarda más en evaporar el agua; también: reutilizar el agua que juntemos de la regadera y de lavar las verduras para regar las plantas o el jardín.
No olvidemos que nuestras acciones causan efectos irreversibles sobre el medio ambiente, como la contaminación del entorno, la extinción de especies, el agotamiento de recursos o la destrucción de hábitats. Además, en la medida en que la población humana crece, los recursos naturales se van agotando.
Es tiempo, pues, de reflexionar sobre el daño ecológico que le hemos venido haciendo al planeta y colaborar en algo para resarcir en lo posible ese perjuicio que afecta a toda la humanidad.