Daño irreversible al país

Por: Rafael Domínguez Rueda

Lo irracional se ha vuelto norma, la vulgaridad prevalece.

La elección del próximo 2 de junio es la última oportunidad para poner freno a los abusos de poder de AMLO, para restablecer el Estado de Derecho, para detener el ambiente de inseguridad que tiene arruinado al país y para recuperar la paz, tranquilidad y armonía que hemos perdido los mexicanos.

Decía hace quince días que “un voto por Morena es un voto irracional contra México”. Irracional, porque muchísimos de los votantes, a la hora de emitir su sufragio lo hacen, unos por la miseria que recibieron al vender su voto, otros porque se ven comprometidos por los beneficios recibidos de los programas sociales y otros más, porque se creen de izquierda y no se dan cuenta que son tan conservadores como el propio López Obrador. Entonces, no piensan que es lo mejor o satisfactorio para el país, más bien, se dejan llevar por su impulsividad sin pensar en que su decisión, no sólo va a afectar a millones de mexicanos, sino también a ellos.

En nuestro México fallido llevamos cinco años endeudándoos; la división de poderes está rota; los órganos de transparencia que tanto trabajo nos costó construir, han desaparecido; la censura a la libertad de expresión está a la orden del día; no hay igualdad legal hombre/mujer, sino discriminación hacia ellas; la clase media desaparece; 40 millones de personas quieren trabajar y sólo algunas pueden hacerlo precariamente; educación está politizada; la salud se volvió precaria; la ley no es la ley; se vulnera la propiedad privada; la inmigración crece; se impulsan leyes totalitarias; la actividad privada se reduce y la pública aumenta; no hay política exterior; la energética regresó a las energías sucias; la defensa “anda en todo menos en misa”; cada mexicano dedica la mitad de sus percepciones sólo a pagar impuestos y servicios; los políticos sólo informan, no rinden cuentas a los ciudadanos. Sostenemos una dictadura con urnas.

Los mexicanos no podemos, más bien, no debemos seguir votando por políticos que nos arruinan, que no tienen palabra, que nos engañan y nos mienten sistemáticamente; nos roban la libertad.

Votar es un acto moral, porque atañe a la vida de los demás. La conducta irracional se ha vuelto nuestra norma, la vulgaridad y el populismo prevalecen. El poder del voto ciudadano es mayor que el de cualquier político y al final la democracia siempre se ha impuesto sobre la demagogia. No caigamos en la desesperanza. Votemos por la oposición. Es decir, votemos en favor de México.

Estoy plenamente convencido de que votar en la próxima elección por el partido de López Obrador es causar daño grave a nuestro país por el peligro que representa dar más poder al presidente que tan mal uso está haciendo de él. También, porque resultaría un Maximato, es decir, un gobierno de continuismo. Continuarían mismas prácticas y poca voluntad de transparencia; pocos deseos de diálogo y de hacerse de la vista gorda ante el crimen organizado.

Sería un gobierno sin llenadera. Como Pemex que se convirtió en un barril sin fondo, porque de 2019 a 2023 la paraestatal ha perdido casi la misma cantidad de dinero que le ha inyectado el gobierno para mantenerla a flote.

Me extraña que la mayoría de la gente no se ha dado cuenta que la situación que estamos viviendo es muy grave, no sólo porque el país sigue bañado en sangre, sino también por la inseguridad con todos sus tentáculos: cobro de piso, extorsión, asaltos, secuestros y ejecuciones que cada día cabalgan con más prisa.

Hoy por hoy la circunstancia política tiene mayor peligrosidad. Se trata de impedir la tiranía de un hombre, la próxima elección es la última oportunidad que tenemos los ciudadanos de poner freno a los abusos de poder de López Obrador, a su desbocada embestida contra las instituciones, a su desprecio por las leyes. Pues, el fin no es otro, más que instaurar un poder absoluto. Llevemos a las urnas nuestra protesta por los daños que AMLO está causando a México y a los mexicanos. Votemos por el partido de nuestra preferencia, pero no por el del presidente, ese presidente mesiánico y absolutista, que tan mal y con tan desastrosos resultados está ejerciendo el cargo para el que fue electo. Lo digo hoy, lo volveré a decir mañana y lo repetiré todos los días, con todos los que me encuentre, hasta que llegue la crucial elección del 2 de junio un voto por Morena es un voto irracional contra México.

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