-Es necesario defender a nuestros niños.
Por: Rafael Domínguez Rueda
Es alentador saber que todavía hay personas que leen esta columna. Digo esto, porque de mi artículo sobre los nuevos Libro de Texto Gratuitos (LTG), recibí 46 comentarios, aunque de ellos 27 fueron cuestionamientos que considero triviales, al decir que no creen que yo haya leído los libros; que cómo los conseguí; que exageré, pues nada más hay 20 errores en los libros y que soy un “espantado” al criticar la sexualidad.
Lo anterior me da pie a aclarar que no me considero un experto, ni mi posición es la de un opositor, sino que es urgente defender a nuestros niños y en ese sentido lo hago como conocedor de la materia y del sector educativo.
Si comentar un libro no es tarea fácil, calificar un libro de texto es más complejo.
Un libro de texto escolar sirve principalmente para transmitir los conocimientos y constituye una reserva de ejercicios apegados a un programa de trabajo. Así como también tiene una función implícita de transmitir los valores sociales y culturales, a fin de “elevar la calidad y la cobertura de la educación”.
De ahí que, los expertos que habían analizado y cuestionado los nuevos LTG de educación básica, en dos semanas se hayan centuplicado y con razón, ya que, como se ha señalado, es evidente que, la elaboración de los libros no se apega a la normatividad y existe una vaguedad en los planteamientos de la Nueva Escuela Mexicana –el proyecto educativo de la 4T-.
El pasado lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a la SEP detener la entrega de LTG a la niñez, debido a que los textos traen errores e inconsistencias.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) afirma que los libros fueron elaborados por maestros. Lo malo es que no se publicitó el proceso de selección o la manera en que realizó la revisión.
Aún no se han dado a conocer los planes y programas de estudios que deben orientar la planificación y el trabajo de los libros de texto.
En algunos textos no hay secuencia, orden o lógica. Parecen un fichero desordenado, pegotes hechos de manera tosca, propiciando que se pase de un tema a otro sin conectores de secuencia.
Se reduce de una manera alarmante la enseñanza de las matemáticas. Invitan a los maestros a elaborar sus propios programas sintéticos. Por principio esto suena atractivo, pero, en realidad, les dan a entender que “se hagan bolas como puedan”.
Los maestros no han recibido capacitación para utiliza los nuevos libros. En dos días o una semana no será suficiente; sobre todo, porque los libros anteriores estaban organizados por materias y los nuevos hablan de proyectos; proyectos muy limitados y complejos.
Nada más, en el libro “Nuestros saberes” de sexto de primaria, existen más de 200 errores ortográficos o de expresión-.
Tanto las autoridades de la SEP que muestran una ignorancia supina, como los defensores de la propuesta de los libros arguyen que se trata de una novedad mexicana, pues ni es novedad, ni es mexicana y sorprende la desvergüenza de ignorar la realidad de las aulas sobre la que se pretende su implementación. El costo será para una generación que ya enfrentaba retraso en sus aprendizajes y trayectoria educativa. Por eso la sociedad no se debe quedar en silencio.
Y esa política educativa, decía, no es original, Venezuela y Chile, ya lo intentaron. Por eso, termino con las palabras, muy claras y expresivas, con que en la Cámara de Diputados, una persona se dirigió al Ministro de Educación de Chile. Sobre las “ideas de una sexualidad o de otra, cuando todo esto es una libertad del ser humano, yo no fui al colegio para que me enseñaran con quien acostarme; yo fui al colegio para que me enseñaran lo que tiene que saber una persona para triunfar en la vida; para adquirir saber. No fui al colegio para que me dijeran en que Dios o sistema tengo que creer, porque eso lo decido yo; porque yo tengo la capacidad mental y moral para decidir qué es lo correcto, que es lo ético, que es lo que me conviene a mí.
Entonces, aquí no es posible que estemos cada uno tratando de jalar agua para su molino, para su comunidad, para su grupo, porque la verdad es que somos una nación y que lo único que nos une esta tarde es la educación de nuestros hijos”.