-Un fenómeno llamado Chabelo.
Por: Rafael Domínguez Rueda
El pasado 25 de marzo falleció otro gran mexicano, un extraordinario personaje, una figura no sólo porque fue una persona singular que destacó por su forma peculiar de ser y de actuar, sino también fue un hombre polifacético, al tener la capacidad de realizar varias actividades distintas en forma sobresaliente, él era Xavier López Rodríguez, mejor conocido como “Chabelo”.
Sin duda, Chabelo es un ícono mexicano, pues, destacó como deportista, profesionista, productor, actor y cantante.
Como deportista, en lucha grecorromana calificó para ir a las Olimpiadas de Helsinki en 1985. Jugó futbol americano como tacle y se le vio portar orgulloso, una y otra vez, franelas de equipos de béisbol, otra de sus pasiones deportivas.
Como ciudadano al cumplir con el servicio miliar, fue reclutado con el propósito de adiestrarlo para ser enviado a la guerra de Corea; por fortuna el conflicto terminó antes y entonces cumplió con su sueño de estudiar medicina, profesión que ejerció durante cuatro años.
Como productor y conductor, durante 48 años mantuvo al aire en el canal de las Estrellas su emisión dominical “En Familia con Chabelo”. Gracias a esta actividad posee dos récords Guinnes: uno, por la carrera más larga como conductor infantil. El otro, por ser el actor que por más tiempo interpretó un personaje al dar vida a Chabelo durante 57 años.
En la creación de Chabelo la voz juega un papel importante y aunque parezca increíble, el actor no tuvo problema de hacer la voz de niño durante tantos años de su vida. Pero también tuvo éxito en La Carabina de Ambrosio, Ensalada de Locos y Espías en Conflicto con Bill Crosby.
Como cantante grabó más de 30 discos con canciones infantiles con melodías pegajosas como “Adiós Superman” y “Garabato Colorado”.
Incursionó en programas de radio como “La media hora con Chabelo” que transmitió por siete años. Como actor participó en 30 películas al lado de figuras como Cantinflas, María Victoria, Guillermo Rivas, Jorge Lavat, Alejandro Suárez y César Costa.
“Un domingo sin Chabelo no es un domingo”, decía Jacobo Zabludovsky, y de alguna manera tenía razón, porque hoy sabemos que el programa más visto de México fue el de un adulto de pantaloncillos cortos que se fingía niño.
Hace cerca de 50 años la semana laboral era de lunes a sábado. Yo trabajaba hasta el sábado a mediodía. El domingo que deseaba descansar un poco, pues no podía, porque en casa, como en millones de hogares mexicanos se presenciaba ritualmente el programa En Familia…
Un buen día, los hijos me convencieron para asistir al foro a presenciar en vivo el programa.
Como provinciano, corto de miras, me llevé a la familia. El sábado abordamos el autobús. Llegamos a pernoctar. A las cuatro de la mañana del domingo todos nos paramos como resortes y nos dirigimos a Televisa. Cuando llegamos, la fila para entrar ya estaba larga. Mientras esperamos nos informaron que no podíamos entrar porque no teníamos boleto. Si en mis hijos provocó tristeza, nosotros no nos amilanamos. Mi esposa buscó al responsable del ingreso y le explicó nuestra situación. Como parecía inflexible, ella insistió: “Mire, venimos de lejos y desconocíamos que hay que tramitar boletos con anterioridad”. Él le respondió: Haber muéstreme los boletos”. Ella los sacó de su bolso y se los enseñó. “De dónde vienen?” preguntó. Ella le dijo: “De Iguala”. No sabemos si no escuchó bien o acomodó la respuesta para que todos los de la fila oyeran. “Ah, de Tijuana. ¡Pásenle!”. Así fue como mis hijos conocieron y vivieron el programa en vivo.
En Familia, con un formato en el que los niños se convertían en protagonistas de los juegos más divertidos en los que ganaban juguetes y concursaban con sus padres para el beneficio del hogar. En eso radicó el éxito del programa.
La serie de historias y declaraciones de artistas que ahora se cuentan, hablan de manera incontestable ese fenómeno llamado Chabelo y del tesoro que Xavier López entregó durante medio siglo a cientos de miles de mexicanos.