“Ecos del Tiempo”

Por: Rafael Domínguez Rueda

“Ecos del Tiempo”En el marco del ciclo de conferencias «Ecos del Tiempo» que en el museo del Ferrocarril, organiza la dinámica Directora de Cultura del municipio de Iguala, Lic. Andrea Garduño Cabrera, el 24 de junio próximo pasado, correspondió a la Lic. Leeslie Galeana Bahena exponer una interesante conferencia intitulada EL NIÑO CONSUMIDOR DURANTE EL PROCESO MODERNIZADOR EN EL DISTRITO FEDERAL, 1950.


La conferencista durante su brillante disertación analizó la relación entre la infancia mexicana de mediados del siglo XX con el mundo del consumo en México, en específico con los juguetes. Sobre estos artefactos destacó que, el juguete en la década de los años cincuenta del siglo pasado fue un detonador, es decir, vino a revolucionar el mundo de los juguetes; fue proveedor de alegría y felicidad infantil; apareció el plástico como el material que cambio los usos y derivó la utilización del juguete como vehículo de género.


Antes de continuar, debo aquí consignar un hecho que nos causa profunda tristeza a todos los que amamos el progreso del arte del buen decir y a los que la cultivan sin más interés que el de prestar un servicio a la sociedad: la ausencia de público, así como de autoridades: sin embargo, quienes asistimos quedamos complacidos, pues la conferencista demostró que es una investigadora infatigable y una joven de un corazón limpio y positivo.

Desde un principio nos llamó la atención el título de la conferencia y después de haberla escuchado creo que los historiadores mexicanos habían ignorado la historia del juguete sólo los padres de familia se han interesado en los juegos del niño.


La ponente nos hizo ver la relación que tiene la historia de los juguetes con la historia social y de México: Y es que los juguetes son producciones culturales; espejos a través de los cuales es posible advertir reacciones, cambios y distinción entre tradición y modernidad, entre clases sociales y género, lo que nos lleva a reconocer que el juguete es un bien cultural, pues, no sólo proporciona alegría a los niños, sino también les da un sentido de pertenencia, fomenta el entretenimiento y contribuye al bienestar emocional del infante.

En ese entendido, los juguetes no pueden ser vistos de manera separada a nuestro país y clase de la que formamos parte, pues están condicionados por la influencia de nuestro vecino del Norte, la disposición económica y sobre técnica de la colectividad.


En efecto, el juguete en los años cincuenta vino a revolucionar el mundo del juguete. A mí me tocó vivir esa transición. En la década de los cuarenta los juguetes eran las canicas de barro y de vidrio, las cartas, los dados, los palitos, carritos, trenecitos y utensilios de madera y hojalata, muñecas de trapo.


A mediados de la década de los cincuenta apareció el plástico para la elaboración de juguetes, esto permitió aumentar la producción, diseñar nuevos juguetes, abaratar precios y volver más accesible a las necesidades del mercado.


Desde entonces, inició la producción de infinidad de juguetes que se fueron adecuando a las demandas del mercado, como las Barbies.


Y es que los juguetes empezaron a imitar de manera realista la vida: barbies doctoras, barbies monjas, juguetes bélicos


En fin, Leeslie Galeana ofreció una conferencia magistral, pues su exposición fue clara, demostró conocer ampliamente el tema, mantuvo atento al público asistente durante 60 minutos y abordó un tema que los historiadores mexicanos no se habían preocupado por explorar.


Reciba, pues, la agraciada conferencista, nuestra expresión de simpatía y nuestro agradecimiento por tan interesante y brillante disertación que vino a sumar lustre o ciclo de conferencias “Ecos del Tiempo”.

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