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Ciudad de México, Durante el Foro Legislativo sobre la Violencia que Afecta a Niñas, Niños y Adolescentes, Mercedes Castañeda, cofundadora de Reinserta, advirtió que más de 30 mil menores están actualmente reclutados por grupos criminales en México y hasta 200 mil se encuentran en riesgo.


Denunció que el país “está en pañales” frente al problema, pues no existen soluciones oficiales pese a que los menores son utilizados en al menos 22 tipos de delitos, siendo vistos como “objetos desechables” por su obediencia, vulnerabilidad y capacidad para manejar armas.


“Pero, estamos en pañales en este tema, en México se reconoce sutilmente que hay reclutamiento. (…) Estamos hablando de la problemática brutal de reclutamiento infantil, no. Pero, no hay una sola solución, digo hay miles, pero oficiales que se estén llevando a cabo, no las hay», afirmó Mercedes Castañeda.


Según un estudio de Reinserta titulado “Niñas, Niños y Adolescentes Reclutados por el Crimen Organizado”, las niñas, niños y adolescentes ejecutan más de 22 tipos de delitos como tráfico de drogas, secuestro, trata de personas, corrupción o piratería.


Se estima que aproximadamente 30 mil niñas, niños y adolescentes están en las filas de los grupos de la delincuencia organizada, y otros 145 mil a 200 mil están en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado, según cifras que recabadas.


Castañeda Gómez-Mont reconoció que se cuenta con escasa información que muestre cuántas niñas, niños y adolescentes están involucrados en la delincuencia organizada.


“Nadie quiere escuchar que haya niños de 10 años armados en nuestro país. Nadie quiere cerrar los ojos y pensar que literalmente están en la sierra siendo entrenados a matarse entre ellos y a desensibilizarse. Pero, esa es la realidad, las autoridades tampoco”, aseguró.


El estudio señala que algunas niñas, niños y adolescentes han sido secuestrados por diferentes fuerzas, otros se incorporan de manera voluntaria, pues se les manipula con ganancias económicas, mientras que unos cuantos más han tenido la necesidad de unirse a causa de la pobreza, la exclusión y la discriminación en la que se encuentran.

Además, en ciertos contextos, la delincuencia organizada se convierte en la única alternativa para acceder a comida y techo, especialmente cuando estas carencias se agravan con el consumo de drogas, el acceso a armas, la violencia y la falta de oportunidades educativas.

Las niñas, niños y adolescentes tienen roles que están distribuidos en todos los niveles de la organización. Por ejemplo, el narcotráfico recluta niñas y niños “porque pueden circular sin levantar sospechas, pues nadie pensaría que pueden cometer un crimen; además, porque son considerados objetos desechables y prescindibles“, detalla el estudio.

Buena parte de las niñas, los niños y las y los adolescentes involucrados en delitos contra la salud son también consumidores de droga; y “los narcotraficantes buscan engancharlos a través de su consumo y adicción, con lo cual aseguran su alianza al grupo delictivo“.

Una vez que desarrollan una adicción, las infancias se vuelven vulnerables, más manipulables y obedientes, quedando completamente a merced del grupo criminal. La lucha constante contra la dependencia les arrebata la capacidad de decidir por sí mismos y los orilla a hacer lo que sea por obtener la droga.

Las niñas y los niños son reclutados por los grupos criminales aproximadamente entre los 9 y 11 años, en algunos casos a edades más tempranas, para llevar mensajes, informar, robar, secuestrar y hasta matar.

En ciertas organizaciones delictivas, los menores inician con tareas básicas como vigilar o actuar como informantes. A partir de los 12 años, algunos son utilizados para resguardar casas de seguridad o trasladar droga, y desde los 16, se les asignan funciones más violentas como portar armas, secuestrar o asesinar.

Las niñas se encargan de las tareas típicamente relacionadas con su género, como limpiar y cocinar y, en algunos otros casos, ellas son las que empaquetan la droga.

No obstante, en algunos grupos criminales la edad no determina el tipo de tarea asignada. Según las habilidades y características de cada niña, niño o adolescente, se les encomiendan distintos delitos. Hay casos de menores de 12 años que ya son considerados sicarios, con una esperanza de vida de apenas tres años debido a la violencia que enfrentan.

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