Vicky Barrios


Iguala, Guerrero, Noviembre 6.- “¡Justicia, justicia!”, “¡La violencia no tiene género!” y “¡Los hombres también merecemos justicia!” fueron algunas de las consignas que personal del Hospital General Jorge Soberón Acevedo y amigos del doctor Irving Jair Varela Mojica gritaron al realizar un homenaje de despedida en el que fuera su centro de trabajo.


Alrededor de la 1:40 de la tarde llegó el cortejo fúnebre encabezado por su madre, doña Balbina; su esposa, Nataly; sus dos hermanos y más de un centenar de personas, entre ellos personal médico del hospital y de una clínica particular donde también laboraba.


Posteriormente, el cortejo se trasladó al domicilio familiar, ubicado en la calle García de la Cadena, y de ahí partió hacia el panteón municipal, donde se le dio cristiana sepultura.


Como se recordará, el pasado 18 de octubre el doctor Varela fue atropellado en dos ocasiones de manera intencional por Itzel, con quien sostenía una relación extramarital y quien también se desempeñaba como médico en el mismo hospital. Desde ese día permaneció internado en un hospital de Toluca con diagnóstico de muerte cerebral.


Este lunes, su hermana informó sobre su fallecimiento. Aunque una persona con muerte cerebral se considera legal y médicamente muerta, las máquinas de soporte vital —como el ventilador mecánico— pueden mantener el corazón latiendo y otros órganos funcionando temporalmente al suministrarles oxígeno.

Sin embargo, esta función no puede mantenerse de forma indefinida, ya que existe una pérdida total e irreversible de todas las funciones del encéfalo, incluido el tronco cerebral, que controla procesos vitales como la respiración espontánea. Con el tiempo, incluso con soporte artificial, las funciones corporales cesan inevitablemente y se produce el paro cardíaco.

En una entrevista anterior, los familiares informaron que algunos órganos del doctor Varela serían donados, aunque hasta el momento esta información no ha sido confirmada.