Por: Netza Albarrán Razo
Enviado especial


Ciudad del Vaticano, Mayo 1.- Durante siglos, la Iglesia católica estuvo marcada por un liderazgo papal italiano, pues desde 1523, hasta 1978, todos los Papas electos fueron originarios de este país, consolidando una tradición que parecía inquebrantable. Sin embargo, la elección del polaco Karol Wojtyła, quien tomaría el nombre de Juan Pablo II, marcó un antes y un después en la historia del Vaticano.


Aquel giro inesperado abrió paso a una Iglesia más abierta y global. El Papa Juan Pablo II no sólo rompió con el dominio italiano, sino que también impulsó una visión pastoral que trascendió fronteras culturales y geográficas. Su sucesor, el alemán Benedicto XVI, y posteriormente el argentino Francisco, primer pontífice latinoamericano, confirmaron esta apertura hacia una Iglesia verdaderamente universal.


Ahora, tras la muerte del argentino Jorge Bergoglio, suena con fuerza la posibilidad de un sucesor proveniente de continentes históricamente marginados en la cúpula eclesiástica, como lo son África y Asia.


Uno de los nombres más mencionados en círculos vaticanos es el del cardenal Peter Turkson, originario de Ghana (África). Turkson, de 76 años, ha ocupado importantes cargos en el Vaticano, incluido el de Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Su experiencia, carisma y profundo compromiso con temas sociales y medioambientales lo han posicionado como una figura relevante dentro del Colegio Cardenalicio.

En paralelo, también se menciona al cardenal Luis Antonio Tagle, originario de Filipinas (Asia), como una posible opción. Tagle, ex arzobispo de Manila y actual Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, es visto como un puente entre Oriente y Occidente. Su perfil pastoral, su cercanía con los fieles y su dominio de varios idiomas lo convierten en un candidato fuerte dentro de un contexto donde Asia representa una creciente proporción de católicos en el mundo. Tagle ha sido comparado con el Papa Francisco por su carisma y cercanía con el pueblo católico.

Tras la gran apertura que generó el Pontífice argentino al interior de la Iglesia Católica, la posibilidad de que el próximo Papa sea africano o asiático ya no suena tan lejana, sino como una continuación natural del camino a convertir a la Iglesia en una institución ampliamente diversa, multicultural y global que comenzó hace casi medio siglo con la llegada del Papa Juan Pablo II al trono papal.

Otros nombres que han comenzado a ganar fuerza en los comentarios dentro y fuera del Vaticano respecto a un posible sucesor de Francisco, son el del cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington D.C., quien es el primer afroamericano en ser elevado a cardenal en la historia de Estados Unidos. A sus 77 años, Gregory ha sido una voz destacada en temas de justicia racial, inclusión y transparencia dentro de la Iglesia. Aunque su edad podría ser un factor limitante, su perfil representa el creciente peso de América del Norte en el catolicismo global.

Un posible candidato más es el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, de 65 años, jesuita, políglota y con experiencia en asuntos asiáticos. Su visión progresista, su apertura al diálogo y su cercanía con el Papa Francisco lo colocan como una figura clave en la proyección futura de la Iglesia.


Finalmente, dos cardenales italianos también figuran entre los favoritos: Matteo Zuppi, actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, quienes representan, desde distintos enfoques, una continuidad del pontificado de Francisco. Zuppi destaca por su trabajo pastoral y social, mientras que Parolin es considerado uno de los diplomáticos más influyentes del Vaticano. Si bien un nuevo Papa italiano pudiera marcar un regreso a la tradición, no se descartaría, dada la relevancia que ambos han adquirido en la actual estructura eclesiástica.

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