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Ciudad de México, Octubre 1.- En la rutina del gimnasio hay varias formas de hidratarse. Una de ellas es tomar electrolitos. Sin embargo, el impulso extra de energía y sales en las bebidas puede ser peligroso si el consumo es excesivo.
Si no eres un atleta de alto rendimiento o no sudas demasiado bajo el sol, el consumo constante de electrolitos podría estar alterando el delicado equilibrio químico de tu cuerpo, afectando tu salud.
Los electrolitos (minerales como el sodio, potasio, cloruro y magnesio) son esenciales para la vida. El problema surge cuando la concentración de estos elementos es demasiado alta y los riñones ya no pueden regularla eficazmente.
¿Cuáles son los efectos de tomar electrolitos con mucha frecuencia?
Convertir las bebidas electrolíticas en tu bebida habitual no es una buena idea.
Tu cuerpo está diseñado para obtener sus electrolitos básicos a través de una dieta rica en alimentos integrales, frutas y verduras, por lo que a menos que pierdas recursos por sudoración intensa o enfermedad, no necesitas un aporte extra, como explica Cleveland Clinic.
Te dejamos algunas consecuencias negativas de tomar electrolitos en exceso, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud en E.U. (NIH):
Sentir confusión, irritabilidad o dolores de cabeza inexplicables.
Debilidad y calambres: Notar debilidad muscular o calambres sin razón aparente.
Síntomas digestivos: Pueden manifestarse como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento.
Problemas respiratorios: En casos más graves, puede haber dificultades para respirar.
¿Qué enfermedades puede causar el exceso de electrolitos?
El principal electrolito que debe preocuparte en exceso es el sodio, un componente clave de las bebidas y de la sal de mesa.
Si se consume de manera excesiva, el sodio puede desencadenar una serie de padecimientos, ya que obliga a órganos vitales como el hígado, el corazón y los riñones a trabajar por encima de sus niveles normales.
Te dejamos los riesgos asociados al consumo excesivo de electrolitos, de acuerdo con un estudio publicado en la revista European Journal of Fitness Nutrition and Sport Medicine Studies y los NIH:
Hipertensión arterial: El consumo elevado de sodio aumenta la presión con que el corazón bombea la sangre.
Retención de líquidos: El exceso de sodio provoca que el cuerpo retenga agua bajo la piel, causando hinchazón.
Falla en la función renal: Los riñones pierden su capacidad para eliminar desechos y agua en exceso del cuerpo.
Los niveles desajustados de potasio y sodio pueden causar alteraciones del ritmo cardíaco.
¿Cómo hidratarte de forma saludable?
La clave para una hidratación saludable es la moderación. Las bebidas con electrolitos deben considerarse un «producto especializado» para usarse cuando sea necesario reponer recursos, no un reemplazo del agua.
Los momentos ideales para consumirlas son después de un entrenamiento intenso, en un día muy caluroso con mucha sudoración, o durante una enfermedad que cause deshidratación severa.
Te dejamos los consejos para hidratarte de forma segura, con información de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y un estudio publicado en Nutrients:
Elige el agua como bebida principal: El agua simple es esencial y no debe subestimarse.
Si bebes una solución electrolítica, limítate a una o dos para restablecer el equilibrio, y después bebe agua.
Obtén electrolitos de frutas y verduras frescas para cubrir tus necesidades diarias básicas.
Consumir grandes volúmenes de líquido (incluso agua) rápidamente puede ser menos eficiente para la hidratación.
Reduce los alimentos procesados y revisa el etiquetado, ya que la ingesta diaria recomendada de sodio es de 2 gramos (2000 mg).
El cuerpo humano es un sistema que lucha constantemente por mantener el balance de fluidos y electrolitos. Si bien las bebidas deportivas tienen un valor para los atletas al mejorar la hidratación, para la mayoría de las personas, el consumo imprudente puede ser más una carga que un beneficio.