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Rusia, Julio 22.- El Kremlin reiteró ayer su disposición a alcanzar un acuerdo de paz con Ucrania, pero dejó claro que sus objetivos estratégicos son inalterables. Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, aseguró que Rusia sigue abierta al diálogo, aunque exige que Kiev se retire de las cuatro regiones ucranianas que Moscú se anexó ilegalmente en 2022 y renuncie a integrarse en la OTAN, condiciones que Ucrania y sus aliados han rechazado rotundamente.
“Lo principal para nosotros es alcanzar nuestros objetivos. Nuestros objetivos son claros”, declaró Peskov a la televisión estatal rusa. También subrayó que el proceso de negociación será prolongado y exigente, mientras desestimó comentar directamente el ultimátum de 50 días anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump, quien advirtió que impondrá sanciones más duras si no se logra un alto al fuego.
El pasado 14 de julio, Trump anunció una nueva ofensiva diplomática y económica para presionar al Kremlin. Amenazó con implementar aranceles secundarios del 100% que afectarían a los socios comerciales de Rusia, en caso de que no se concrete una tregua en los próximos 50 días. Además, reveló un plan para suministrar armamento a Ucrania mediante la reactivación de un oleoducto logístico militar, incluyendo los sistemas antiaéreos Patriot, que son considerados esenciales por Kiev para repeler los ataques con drones y misiles.
El magnate también aseguró que sus aliados europeos comprarán miles de millones de dólares en armamento estadounidense para reforzar la defensa de Kiev, pese a las recientes preocupaciones del Pentágono sobre el agotamiento de las reservas militares de Estados Unidos.
18 drones derribó Kiev de los 57 lanzados por Rusia ayer
Aunque desde el Kremlin se ve “necesario” un encuentro entre Putin y Trump en algún momento, Peskov declaró que “ese momento aún no ha llegado”. Señaló que las últimas conversaciones entre ambos líderes fueron “pragmáticas y profesionales”, pero admitió que aún falta trabajo significativo para alcanzar acuerdos tangibles.
Mientras tanto, la guerra en el terreno continúa con una escalada mayor. Ayer en la noche la fuerza aérea ucraniana reportó que Rusia lanzó 57 drones Shahed y señuelo, de los cuales 18 fueron derribados. Varios de estos aparatos impactaron zonas residenciales en Zaporiyia, Jakov y Sumy, que dejaron al menos cinco civiles heridos, entre ellos un menor de siete años, además de daños materiales y cortes de energía.
Por su parte, Rusia informó que interceptó al menos 132 drones ucranianos en diversas regiones, incluyendo Moscú y la península de Crimea. Uno de los aparatos alcanzó un edificio residencial en Zelenograd, donde causó daños, pero no víctimas. La ofensiva obligó a desviar 134 vuelos comerciales de los aeropuertos moscovitas.
Kiev, por su parte, insistió en la necesidad de retomar el camino diplomático. El presidente Volodimir Zelenski informó que su equipo propuso una nueva ronda de negociaciones para esta semana, que podría celebrarse de nuevo en Estambul. El mandatario urgió a acelerar el diálogo para lograr un alto el fuego y avanzar en intercambios de prisioneros y el retorno de niños desplazados por la guerra.
“El proceso no depende sólo de nosotros”, reconoció Peskov, y reiteró que los objetivos de Rusia “no cambian”. La tensión sigue en aumento, mientras ambos países intensifican sus ataques de largo alcance y las condiciones para una tregua siguen lejos de consolidarse.