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Ciudad de México, Octubre 13.- Investigadores de Mayo Clinic desarrollaron una prueba genética capaz de predecir cómo responderán las personas a distintos medicamentos para adelgazar, incluidos los de la clase GLP-1.
El hallazgo, publicado en la revista Cell Metabolism, busca personalizar los tratamientos contra la obesidad, una enfermedad que afecta a más de 650 millones de adultos en el mundo
“Los pacientes merecen tratamientos que reflejen su biología, y no solo el tamaño de sus cuerpos. Esta prueba nos ayuda a administrar el medicamento adecuado a la persona adecuada desde el principio”, señaló el Dr. Andrés Acosta, gastroenterólogo de Mayo Clinic y autor sénior del estudio.
Una prueba que mide
La nueva herramienta genética estima la saciedad por caloría (CTS, por sus siglas en inglés), es decir, la cantidad de alimento que necesita cada persona para sentirse satisfecha.
A partir de este rasgo, los investigadores identificaron diferencias biológicas que influyen en la eficacia de los tratamientos contra la obesidad.
Para llegar a estos resultados, el equipo de investigación analizó a casi 800 adultos con obesidad. Los participantes acudieron a una comida estilo buffet, compuesta por lasaña, pudín y leche, donde podían comer hasta sentirse llenos.
Los resultados mostraron variaciones notables: algunos dejaron de comer tras 140 calorías, mientras que otros superaron las 2 mil.
Factores como peso, altura, grasa corporal, edad y hormonas del apetito (grelina y leptina) ofrecieron explicaciones limitadas.
Ante ello, los científicos recurrieron a la genética y desarrollaron la Puntuación Genética de Riesgo para Saciedad por Caloría (CTS-GRS), que combina variantes en 10 genes relacionados con la ingesta de alimentos.
Resultados con fármacos aprobados
La prueba genética se aplicó en ensayos clínicos con dos medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés):
Fentermina-topiramato (Qsymia), un fármaco de primera generación para la pérdida de peso.
Liraglutida (Saxenda), un medicamento más reciente de la clase GLP-1.
Los resultados fueron claros:
Pacientes con un umbral de saciedad elevado respondieron mejor a fentermina-topiramato, ya que este ayuda a reducir las porciones y controlar comidas grandes (fenotipo “cerebro hambriento”).
Pacientes con un umbral de saciedad bajo tuvieron mayor éxito con liraglutida, que disminuye el hambre general y la frecuencia de ingestas pequeñas (fenotipo “intestino hambriento”).
“Con una sola prueba genética podemos predecir quién tiene más probabilidades de obtener éxito con dos medicamentos distintos. Eso significa una atención con un mayor costo-beneficio y mejores resultados para los pacientes”, afirmó el Dr. Acosta.
¿Qué sigue después de estos estudios?
El equipo de Mayo Clinic ya realizó estudios adicionales para anticipar la respuesta a la semaglutida (comercializada como Ozempic y Wegovy), otro medicamento de la clase GLP-1. Los resultados se darán a conocer próximamente. También trabajan en ampliar la prueba con información del microbioma y el metaboloma, así como en modelos para predecir efectos secundarios como náuseas y vómitos
La tecnología CTS-GRS ha sido licenciada a Phenomix Sciences, socio de Mayo Clinic en la comercialización de innovaciones, y ya se utiliza en más de 300 clínicas en Estados Unidos.
Un cambio de paradigma en la obesidad
La obesidad es una enfermedad crónica, multifactorial y compleja, cuyo tratamiento suele basarse en medidas generales como el índice de masa corporal (IMC). Sin embargo, este avance abre la puerta a una medicina de precisión que tome en cuenta los procesos biológicos individuales.
“El punto no es solo perder peso, sino encontrar la estrategia adecuada para cada paciente desde el inicio”, subrayó Acosta.