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Moscú, Rusia. Rusia vencerá en la guerra desatada en su contra prometió el presidente Vladimir Putin, al pronunciar un breve discurso en la Plaza Roja de la capital rusa antes de comenzar el desfile militar con que, cada año desde 1995, se conmemora en Rusia la victoria sobre la Alemania hitleriana en la Gran Guerra Patria, como se denomina aquí la Segunda Guerra Mundial, cuyo 78 aniversario se cumplió este martes.


“De nuevo, libran una auténtica guerra contra nuestra patria. Pero supimos derrotar el terrorismo internacional, vamos a defender a los habitantes del Donbás y podremos garantizar nuestra seguridad”, se comprometió el titular del Kremlin y señaló que Rusia “no tiene pueblos que considera enemigos y hostiles ni en Occidente ni en Oriente” y, como la absoluta mayoría de los países del mundo, anhela “un futuro de paz, libertad y estabilidad”.


Al referirse a su “operación militar especial” en Ucrania, el mandatario ruso dijo que “todo el país se enorgullece de sus héroes”, de quienes “depende el futuro de nuestro Estado”. Está convencido de que el “pueblo ucranio vive una catástrofe” al ser “rehén de un golpe de Estado y del régimen criminal que se instauró, y de sus amos occidentales”, para los cuales “es simple moneda de cambio para llevar a cabo sus crueles y lucrativos planes”.


Putin, al mismo tiempo, culpó a Estados Unidos y sus aliados de olvidar lo que ocurrió cuando la Alemania hitleriana pretendió conquistar el dominio mundial y desató la guerra en 1939: “La ambición sin límites, la arrogancia y la permisividad siempre terminan, a querer o no, en tragedia”, indicó.


Enfatizó que “cualquier ideología de supremacía es por su naturaleza repugnante, criminal y letal. Y a pesar de ello, las élites globalistas siguen defendiendo su exclusividad, contraponen a las personas y dividen a las sociedades, provocan cruentos conflictos y golpes de Estado, siembran el odio, la rusofobia y el nacionalismo agresivo”.


Para Putin, Occidente quiere “imponer su voluntad, sus derechos, sus reglas» y, en realidad, sólo busca mantener “un sistema de saqueo, violencia y opresión. (…) Parece que olvidó a qué condujo la demencial aspiración de los nazis al dominio mundial, quién destruyó ese monstruoso y absoluto mal y quién no escatimó vidas (27 millones de soviéticos) en aras de la liberación de los pueblos de Europa”.


Precisamente para subrayar que la victoria se debió al sacrificio de todas las naciones que poblaron la Unión Soviética, el Kremlin supo convencer a siete líderes de repúblicas ex soviéticas –las otras siete parece que se distanciaron de Rusia para siempre– para que vinieran al desfile en la capital rusa.


Su presencia resultó sorprendente por cuanto apenas hace unos días el vocero presidencial ruso, Dimitri Peskov, informó que este año no estaba previsto invitar a jefes de Estado extranjeros al no ser una fecha redonda y al hecho de que quienes vinieron prefirieron no encabezar los actos conmemorativos en sus respectivos países.

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