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Roma, Italia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, defendió ante el Papa Francisco su plan de paz de 10 puntos, que incluye que Rusia abandone todas las posiciones ucranianas, como la única salida posible a la guerra y, además, le ha pedido que se una a él.
“Hablé de nuestra ‘Fórmula de Paz’ como único algoritmo eficaz para lograr una paz justa. Le propuse que se una a su implementación”, aseguró Zelenski en su cuenta de Twitter, al salir de su encuentro en el Vaticano.
El Papa y Zelenski se reunieron durante 40 minutos en el Vaticano, un esperado encuentro después de que el pontífice revelara que está en marcha una misión de paz en Ucrania, de la que aún no se conocen los detalles, aunque sus posturas, cercanas en el terreno humanitario, se mostraron alejadas de la negociación política.
“Para mí fue un honor encontrarme con su Santidad, pero él conoce mi posición, la guerra está en Ucrania y el plan debe ser ucraniano. Estamos muy interesados en involucrar al Vaticano en nuestra fórmula de paz”, dijo Zelenski en un programa de la televisión pública RAI.
E insistió: “Con todo el respeto por Su Santidad, no necesitamos mediadores entre Ucrania y el agresor” porque “Rusia bloquearía” cualquier intento, antes de aclarar que no se trata de un veto al Vaticano o a cualquier otro país, sino de que no hay negociación posible con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el que no hablaría incluso si fuera necesario: “No, de qué”, respondió al ser interrogado.
El líder ucraniano rebajó así las expectativas de que el encuentro de entre ambos, el primero desde el inicio de la guerra, pudiera impulsar unas negociaciones con la mediación vaticana, surgidas tras la misión anunciada por Francisco, aunque una fuente vaticana había señalado a medios rusos que el encuentro “no estaba directamente relacionado” con ella y que Zelenski solicitó la reunión con Francisco“hace solo unos días”.
Francisco “subrayó en particular la urgente necesidad de ‘gestos de humanidad’ hacia las personas más frágiles, víctimas inocentes del conflicto”, en lo que podía interpretarse como una petición para que Ucrania se plantee la posibilidad de intentar una solución negociada, más allá de “la fórmula Zelenski”.