Israel Salgado Uriostegui
Iguala, Gro., La Asociación de Historiadores y Cronistas de Iguala presentó este martes por la noche el libro «Ensayos para la historia de Iguala», del historiador Rafael Domínguez Rueda.


Salvador Román Román señaló que la obra consta de 96 páginas tamaño carta e incluye ilustraciones a todo color de personajes destacados en los ámbitos histórico, político, cultural y social, así como mapas, glifos, sitios y edificios locales y nacionales, lo que la hace muy atractiva para todas las personas interesadas en aprender más sobre la historia de la ciudad.


Florencio Benítez González destacó que esta obra literaria, en su mayoría, es autoría de Rafael Domínguez Rueda, quien hizo un gran esfuerzo para que el libro llegara al público. Señaló que Ensayos para la historia de Iguala tiene como objetivo recordarnos, de manera sencilla, aspectos de nuestro pasado en momentos clave de la historia local.


Agregó que esta edición recupera dos entrevistas realizadas por Domínguez Rueda a don José A. Ocampo, nieto de Magdaleno Ocampo, las cuales fueron publicadas originalmente en el periódico El Correo.


En el libro, Salvador Román Román escribe sobre el papel fundamental de varias mujeres que dejaron su huella en el pasado de Iguala.


Por su parte, Florencio Benítez González indicó que el primer ensayo, de su autoría, lleva por título Las ferias de Iguala. Dijo que, si bien septiembre es el mes de la Patria, febrero es, para los igualtecos, el mes de la “Matria”, utilizando el término del historiador Luis González y González.


Señaló que febrero es el mes más importante para la ciudad, pues se celebra con actos cívicos y una feria el acontecimiento que marcó un parteaguas en la historia de México: el fin de la lucha de Independencia y el nacimiento de una nueva nación. Recordó que la Feria de la Bandera cumplió este año 73 años de existencia.


En su intervención, Rafael Domínguez Rueda recordó que la Asociación de Historiadores y Cronistas de Iguala, fundada hace 29 años, se dedica a la investigación y estudio de diversos aspectos históricos del municipio, con el propósito de contribuir al conocimiento y a la memoria colectiva de Iguala.


“Hoy entregamos al pueblo de Iguala una obra más, que lleva por título Ensayos para la historia de Iguala, una recopilación de ocho textos escritos por seis autores, cuyo común denominador es dar a conocer temas de interés y actualidad”, expresó.


Domínguez Rueda escribió el ensayo titulado Iguala, un compendio de nuestra historia patria, en el que señala que Iguala está predestinada a ser el epicentro de la historia de México. “El conocimiento de la historia es fundamental para tener conciencia del lugar donde vivimos y de las personas que nos rodean, no solo desde un punto de vista nacionalista o consanguíneo, sino porque la memoria del pasado es vital para darnos identidad”, afirmó.


Agregó que tener conciencia histórica nos hace ciudadanos críticos, constructivos y difícilmente manipulables. “En otros países, la historia sirve para unir a los ciudadanos en torno a un pasado común; en México, sigue siendo motivo de discordia y desconocimiento, no solo entre la población, sino incluso entre especialistas, convirtiéndose en terreno fértil para divulgadores que tergiversan o plagian los hechos”, expresó.


Domínguez Rueda lamentó que en las escuelas se enseñe una versión distorsionada de la historia, cargada de nombres y fechas, en la que los personajes se presentan como héroes o villanos. “La historia es mucho más que eso: nos dice de dónde venimos, nos ayuda a entender dónde estamos y nos invita a reflexionar sobre hacia dónde queremos ir”, subrayó.


También advirtió sobre la pérdida de identidad local: “Como igualteco de buena cepa, me preocupa que en los últimos 50 años los divulgadores hayan cambiado nombres y ubicaciones de lugares tradicionales, e incluso el significado de palabras referentes a Iguala. Por ejemplo, el río Iguala ahora lo llaman río San Juan; el puente de la ‘S’ lo confunden con el de la Mano; la Cañada de la Mano no es la misma que la cañada original; y el puente del Chipote se ubica en la desviación a Tuxpan, no junto al Palacio de Justicia”.


Señaló que, increíblemente, los igualtecos aún no se han puesto de acuerdo sobre el origen y significado del nombre de la ciudad, aunque —dijo— su etimología puede determinarse fácilmente con la información documental existente.


“Siempre he dicho que un agradecimiento en secreto es ingrato. En Iguala no se ha sabido corresponder a sus benefactores ni a los hijos que han puesto en alto el nombre de la ciudad. Personas distinguidas hay cientos, quizá miles, pero ilustres se pueden contar con los dedos de la mano: Luis Gonzaga Vieira, Francisco Núñez Chico, Juan Vicente Jiménez y Sánchez, Librado S. García Vélez, Félix Núñez Vergara y Juan Ocampo. Es necesario reconocer a quienes día a día hacen mucho por engrandecer a Iguala”.


Domínguez Rueda subrayó que enseñar la historia de manera positiva es un reto necesario para acercar a niños, jóvenes y adultos a esta disciplina. “Hay que hacerla significativa, comparando los hechos del pasado con los actuales, para dar mayor sentido a nuestra realidad”, dijo.


Finalmente, sostuvo que no hay mejor disciplina para la educación que el estudio de la historia. “El historiador, al estudiar y revivir los hechos del pasado, es un poeta al narrar con claridad y emoción, un maestro al explicar los fenómenos sociales, un pensador y, al final, un juez”, concluyó.