Mtro. Rafael Ramírez, aniversario luctuoso

José Rodríguez Salgado

A los profesores rurales sobrevivientes de la tragedia mexicana

            Ayer 29 de mayo se cumplieron 65 años del fallecimiento del profesor Rafael Ramírez Castañeda, llamado con justicia plena “El Apóstol de la Educación Rural”. Nada más oportuno para recordarlo con respeto y gratitud, pues es una de las grandes figuras de la hazaña educativa mexicana. Fue un constante y esforzado paladín que puso lo mejor de su talento y ofreció su vida completamente a esa rama de la enseñanza, a la que impulsó vigorosamente para convertirla en Centro Académico y Espacio de Integración Comunitaria: una verdadera Casa del Pueblo, donde las personas podían intercambiar saberes y asimilar conocimientos que fueran de utilidad para integrar sus condiciones de vida.

         Vinculado desde muy joven a las luchas sociales, el profesor Ramírez captó y vivió el drama de la población campesina, situación que le permitió entender el carácter profundo de la educación rural organizado por la Revolución Mexicana. Nació en Las Vigas, Ver., el 30 de diciembre de 1885 y falleció el 29 de mayo de 1959 en la Cd. de México. Realizó sus primeros estudios en su tierra natal, cuya escuela sólo ofrecía cuatro grados iniciales de enseñanza primaria, causa por la cual terminó en la escuela primaria anexa a la Normal de Xalapa en la capital veracruzana. En esa escuela estudió para maestro entre 1901 y 1906. Al graduarse estuvo adscrito a la escuela de La Hacienda de Palo Blanco, en la huasteca veracruzana. También trabajó como profesor normalista en Tuxpan, Orizaba y Paso Viejo, pero luego se trasladó a Durango y Guanajuato.

         En 1910, al estallar la revolución, el maestro se encontraba ya en la Cd. de México. Se sumó a la lucha maderista y al triunfar el movimiento continuó su labor magisterial. Pronto se le comisionó para reorganizar la Escuela Industrial de Huérfanos. Desde ese momento su eje de vida fue la mejora y expansión de la educación nacional. Puso en toda su actividad un amplio sentido didáctico para formar al niño y al adulto campesinos. Como Jefe del Departamento de Enseñanza Rural y Primarias Foráneas de la SEP, entre 1933-1934 desarrolló una espléndida labor. Se dice que para todo se daba tiempo y creó fama de que jamás dejó de contestar, aconsejando con cariño paternal las cartas que le dirigían los maestros rurales. Sus enseñanzas fueron en cátedras, conferencias, artículos y cargos administrativos, toda una lección de entrega y mensaje didáctico. Hizo de su vida en todos los aspectos un permanente método de enseñanza.

         En la capital del país fue también inspector escolar y en 1923 fue nombrado Jefe de la Primera Misión Cultural en Zacualtipán, Hgo., y luego en Morelos. Después de ampliar sus conocimientos en EE.UU. con cursos especializados sobre métodos educativos modernos, orientó su teoría y práctica a su creación más personal: La Educación Rural Mexicana, área de la cual fue jefe dentro de la SEP. Dirigió la Escuela Normal Superior, donde fue también profesor. Impartió cátedra en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio. Desde 1931 a su actividad, añadió obras pedagógicas que se convirtieron en valiosos auxiliares de los profesores en servicio.

         Son notables sus libros: “Organización y Administración de Escuelas Rurales”; “Cómo dar a todo México un idioma”; “La Escuela de la Acción dentro de la Enseñanza Rural” y “El Sembrador”, una serie de tres libros para escuelas rurales. Publicó además “La Escuela Industrial” y “El Cuento y la Expresión Dramática”. Trabajó con el Secretario Narciso Bassols y el Maestro Moisés Sáenz, elaborando los principios y normas para la educación rural. Dedicó su existencia a combatir los rezagos educativos que padecía la población pobre de México, particularmente los pueblos indígenas y comunidades rurales, garantizando e incrementando los niveles de escolaridad. De la misma forma impulsó la educación técnica a través de la metodología “aprender haciendo”. Transitó una larga trayectoria de defensa del derecho a la educación.

         Escribió: “Soy un viejo trabajador de la educación rural de mi país. Desde antes que estallara la revolución ya venía ocupándome en tareas de tal naturaleza tanto en el pensamiento como en la acción práctica. Durante la tormenta reivindicadora siempre trabajé en escuelas de población culturalmente atrasada y económicamente desvalida. Cuando la SEP fue reestablecida (…) comenzó a crear en el país escuelas rurales (…) para redimir efectivamente a la clase campesina que forma la mayoría de la población y había sido dejada en el abandono más completo”. Sus restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores en la CDMX.                 Mayo 30 de 2024

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