Dos cincuentenarios luctuosos

Por: José Rodríguez Salgado

Falleció José Agustín, emblemático escritor, innovador y maestro de las letras. RIP.

         Considero una obligación con los lectores de este Diario, referirme a los cincuenta años del fallecimiento de dos grandes figuras de la cultura mexicana. El 6 de enero de 2024 se conmemoró un año más de la muerte del muralista David Alfaro Siqueiros y el trece de este enero se recordó la desaparición física del escritor, cronista y poeta Salvador Novo a los setenta años de edad. Toda la obra del primero, es un testimonio valioso del mexicano que a fuerza de voluntad se formó en la vida, demasiado rica en luchas y logros artísticos considerados por propios y extraños como existencia ejemplar.

         Se evoca a don David Alfaro Siqueiros (Camargo, Chih., 29 de diciembre de 1896) con admiración, estímulo y una buena dosis de ánimo. Fue un rebelde en el mejor sentido del término. Maestro del pincel, combinó su don natural para transmitir su mensaje. Tuve ocasión siendo muy joven de escucharlo el 16 de julio de 1964, en la conferencia que sustentó en la Sala “Revolución”, del Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec. En conversación con sus amigos y compañeros gustaba recordar episodios, anécdotas de su vida, sus luchas y las contaba con elocuencia y riqueza proverbiales. Sus relatos mostraban atractivo colorido. Su esposa y compañera de batallas Angélica Arenal, lo consideraba un ser extraordinario, vital, dinámico, con una actividad mental y manual intensa.

         Entre el 9 de agosto de 1960 y el 13 de julio de 1964, estuvo privado de su libertad en el llamado Palacio Negro de Lecumberri, acusado del delito de disolución social. Durante este período de inmovilidad se dedicó a la meditación, la lectura y también a luchar en beneficio de sus compañeros de prisión. No obstante, pintó muchos bocetos que más tarde habrían de servirle para su obra mural. El legendario periodista Julio Scherer García, lo visitaba frecuentemente en la cárcel y tomaba notas de las pláticas, según su estado de ánimo. Le contaba cosas de su vida, anécdotas, viajes, recuerdos, todo lo que creía útil, original y benéfico para el pueblo.

         Se enroló en las filas estudiantiles contra la dictadura de Victoriano Huerta y más tarde participó como soldado en la etapa armada de la Revolución, alcanzando el grado de Capitán. Fue uno de los creadores del Movimiento Muralista Mexicano, que ha sido sin duda, la mayor empresa artística-social con repercusiones mundiales. Militó en el Sindicato de Pintores, escribió en las páginas de “El Machete”, órgano del PCM. Abanderó la lucha de los mineros de Jalisco, polemizó, sentó los postulados artísticos-políticos y viajó por el mundo. Fue encarcelado muchas veces y formó parte de las masas y de los movimientos colectivos en arte como en política. Se enlistó entre extranjeros que fueron a pelear a España en la guerra antifascista, ahí alcanzó el grado de Teniente Coronel. Arriesgó la libertad y la vida en mil acciones, entre otras, en el atentado contra el fundador del Ejército Rojo, León Trosky asilado en México. Fue amigo del Gral. Cárdenas, de Lombardo Toledano y de Diego Rivera, con sus altibajos y diferencias. En suma fue un luchador lúcido y decidido.

         Salvador Novo nació en la Ciudad de México el 30 de julio de 1904 y falleció el 13 de enero de 1974. Fundó con Xavier Villaurrutia la Revista “Ulises”. Participó activamente en la renovación de la cultura literaria mexicana. Fue Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua, cultivó con éxito el teatro, la crónica y el periodismo. Se distinguió como fecundo antologista y divulgador de nuestras letras. Perteneció al llamado Grupo de los Contemporáneos, integrado por Bernardo Ortiz de Montellano, Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet, José Gorostiza, Xavier Villaurrutia, Elías Nandino, Jorge Cuesta y Gilberto Owen, que influyeron de manera sobresaliente entre los poetas y narradores de su tiempo. Ejerció la crítica y la autocrítica. Poseía una extraordinaria agilidad mental, su respuesta instantánea y la fina ironía para el epigrama, fueron su sello personal.

         Los Contemporáneos abrieron nuevos caminos a la literatura mexicana, especialmente a la poesía. Novo fue insuperable en la sátira y en el manejo del sentido del humor. Sus poemas manifiestan la burla del sentimiento modernista y la apertura hacia el paisaje urbano, industrial y publicitario. Carlos Monsiváis cita que a lo largo de su vida “irrita y fascina por la provocación y deslumbra por el talento; alarma por la conducta y tranquiliza con el ingenio; perturba por su don para el escándalo al show de la personalidad única. Y sólo después de su muerte se adquiere la calidad del conjunto”. Se le reconoce como uno de los escritores más complejos y contradictorios del siglo XX en el mundo de habla hispana.

         Prosista admirable, poeta de obra breve y perdurable; director de teatro y dramaturgo, fue Cronista Oficial de la capital del país. Su afición mayor fue la gastronomía. Es entre otras cosas uno de los testigos del auge de la burguesía mexicana. Su agudo ingenio y su talento son insuperables.    Enero 18 de 2024.

Comparte en: