Sin matemáticas, futuro incierto
Por: José Rodríguez Salgado
Al matemático tlapehualense Aureliano Salmerón Urióstegui, saludos.
Dentro de los señalamientos a los nuevos libros de texto, sobresalen los que se refieren a la supresión de la enseñanza de las matemáticas en el ciclo de educación básica. Negar su importancia es exhibir total desconocimiento y exponer a los alumnos a graves deficiencias en su formación académica. Los expertos cuestionan la exclusión y el equipo redactor de esos materiales argumenta que esa observación se subsana en el supuesto proyecto globalizador. Hay quienes ironizan afirmando que es un recurso de tardía venganza porque en su infancia y adolescencia no lograron entender esa maravillosa disciplina.
En todo análisis y sistema de evaluación, se obtiene como resultado que estamos mal en matemáticas en comparación con lo que debemos y deberíamos saber. Se afirma que en la didáctica de esta disciplina hay logros insuficientes y casi nulos. Hay carencias importantes en el aspecto curricular, habilidades y destrezas escolares que se traducen en limitaciones para progresar satisfactoriamente. Los últimos estudios muestran que a nivel primario el 14.7% de los estudiantes, carecen de las habilidades para seguir estudiando matemáticas; en secundaria la cifra es alarmante ya que cerca del 52% de los estudiantes se ubica en el nivel “insuficiente”.
Se observa que el equipo redactor de los nuevos textos ignoró el crudo panorama y en lugar de integrar nuevos elementos sencillamente le restaron importancia. Los países que priorizan la educación en sus políticas públicas abonan su conocimiento y desarrollo, mediante la capacitación de sus cuadros docentes y búsqueda de estrategias para corregir problemas en la metodología de los números, el mejoramiento de los contenidos, la formación académica de los docentes, la cantidad de horas de clase, etc.
Se trata de mejorar y no suprimir, sobretodo, hacer más atractiva su enseñanza. Si la educación pública es de menor calidad que la privada, se está abriendo más la brecha entre las clases sociales, pues sólo quienes pueden pagar una escuela particular tendrán acceso a una mejor educación. ¿Qué futuro nos espera? Los egresados navegarán en las aguas inciertas del mercado laboral. Quienes anhelen seguir estudiando en niveles superiores, tendrán severos problemas, sesgos e inconsistencias para seguir aprendiendo.
Sin matemáticas no podemos competir con el mundo global imperante por ejemplo Shanghái, Canadá y EE.UU., nuestros socios comerciales del norte y algunos países latinoamericanos con quienes podemos compararnos por nuestro nivel económico y cultural. En matemáticas y en la educación en general estamos imposibilitados al ocultar la realidad, nos ubicamos muy por debajo de los niveles que se pueden lograr.
Es necesario mejorar los contenidos de los nuevos libros, revisarlos cuidadosa y responsablemente; buscar soluciones integrales para estas incompetencias y atacar científicamente las causas. No debemos olvidar que durante más de cien años los egresados de primaria, secundaria, bachillerato y licenciatura de nuestro país han subsistido con los conocimientos matemáticos necesarios para construir un país que contra todo lo que se diga, tiene logros importantes en ingeniería, ciencias sociales, química y otros muchos campos.
Los bajos niveles se deben a que se han saturado los contenidos de primaria y secundaria con elementos que impiden a los alumnos aprender lo esencial, privilegiando lo superfluo, lo que implica retrasar al grupo o dejar atrás a los que no saben. No se prepara a los docentes para que dominen los temas matemáticos que enseñan. No se impulsa ni se deja a los maestros diseñar estrategias para sus estudiantes. No a todos los temas de matemáticas les encontramos uso y por ello los olvidamos. Esta materia está rodeada de mitos y se ha vuelto complicado enseñarla.
Impedir que niños y jóvenes aprendan convenientemente, significa privarlos de la posibilidad de reflexionar para tomar decisiones; anticiparse a lo que pueda suceder, afirmar con certeza, aprender a aprender y entender otras disciplinas. No hacerlo es negar el acceso al resto de conocimientos; excluirlos es cancelarles un futuro luminoso. Este es un problema serio como para dejar la solución, sólo a los nuevos profetas educativos del régimen.
Agosto 17 de 2023.