Cándido Pineda, Maestro por siempre
Por: José Rodríguez Salgado
Felicitaciones al maestro y crítico literario Fidel Miranda Román por su cumpleaños.
El próximo tres de abril se cumplirán doce años del sentido fallecimiento del profesor teloloapense Cándido Pineda Barrios, figura emblemática de la educación nacional. Tengo motivos suficientes para recordarlo con gratitud y reconocimiento, pues dejó honda huella en la generación 1952-1955 de la Escuela Secundaria Federal “Ignacio M. Altamirano” .Ahí enseñó matemáticas, artes plásticas e historia. La ESIMA fue de gran importancia para la región en esos tiempos en que el estado de Guerrero carecía de los más elementales servicios educativos y la enseñanza media apenas emergía como subsistema escolar en el país.
El profesor Pineda con su conducta proba sembró inquietudes y abrió nuevos caminos para la realización de los jóvenes de esa época. Tan sólo eso justifica las muestras de simpatía y gratitud. La deuda moral crece con el paso de los años; su palabra adquirió significado con su trato y enseñanzas que prodigó hasta los últimos momentos de su vida. Don Andrés Henestrosa escribió que “pocos pueblos habrá que confíen como México en el poder redentor del alfabeto, la letra, el libro, la pluma… Pocos pueblos confían en la fuerza redentora de la educación”. Esa doctrina adoptó CPB.
Consciente de que las palabras construyen el destino del mundo, procuró ser responsable en el uso de las mismas, conducta fiel que observó ante sus compañeros de trabajo y alumnos bajo su cuidado. Mucho de lo que es el municipio de Teloloapan se debe en gran medida a la acción de la escuela y al noble trabajo de sus profesores, a la ESIMA, la Secundaria Técnica, la Preparatoria y la Escuela Normal que han cumplido con los objetivos encomendados de brindar oportunidades de superación a los pueblos del rumbo. En el caso particular de la ESIMA se le concibe como obra suprema del profesor Pineda Barrios quien con creatividad y disciplina la proyectó a nivel nacional. Su nombre sobresale por el interés que invirtió para formarnos con sentido de responsabilidad, constancia y firmeza en el carácter.
Su capacidad laboral era sorprendente y no perdía la ocasión de contagiar a sus colegas en la misma práctica. De él aprendimos que lo importante no es enseñar en el aula, sino sostener y convencer con las armas del conocimiento, respetar las creencias religiosas y las ideologías políticas sin excepción. Se ganó el respeto de los demás gracias a su actitud desinteresada por mejorar la infraestructura escolar y realizar cuanto trámite fuera necesario. Sostenía la estafeta del progreso y la superación cultural de la población teloloapense que se benefició de su obra y ejemplo de claridad en los actos y conducta vertical en la vida ciudadana. Tanto en Teloloapan como en la Ciudad de México y otros lugares de la República en que cubrió eminentes servicios, actuó con cabal cumplimiento de la ley, visión de futuro y autoridad moral. Atento, cordial, afable, conjugaba sus habilidades y experiencias en varias ramas del conocimiento y el saber humano.
Sabía comunicar y llenar lagunas y pobreza intelectual de sus discípulos. Estuvo a la altura de las circunstancias de nuestra adolescencia; su inteligencia y madurez fueron de gran auxilio para atender los cambios psicológicos, biológicos y sociales de nuestra edad. Abrió caminos para que obtuviéramos una profesión dentro del honor y dignidad, con espiritualidad, prudencia y amplitud de miras. Sabía escuchar, conocer, aceptar, exponer, sostener y convencer.
Este espacio es insuficiente para abarcar todos los aspectos sobresalientes de su Hoja de Vida. Baste citar que estudió su carrera de profesor de primaria en el IFCM y la especialidad de matemáticas en la Escuela Normal Superior de México; artes plásticas en La Esmeralda y varios diplomados de materias pedagógicas. Fungió como subdirector, director e inspector de segunda enseñanza. Trabajó como funcionario en los Centros de Capacitación y Educación Tecnológica Industrial. Fundó innumerables planteles en la República. El gobierno de Guerrero en el año 2009 le otorgó el Premio Civil “Dr. Ignacio Chávez Sánchez” con motivo del aniversario de la creación de la entidad. El Ayuntamiento Municipal de Teloloapan en ese mismo año, impuso su nombre a una de las vías de la ciudad amén de un sinnúmero de homenajes en vida. RIP.
Un saludo respetuoso a sus hijos y familiares.
Marzo 30 de 2023.